#ABuenMontePorLeña
F.P.
La administración trumposa, principal objetivo de peregrinación y plegaria del gobierno argentino, está realizando grandes esfuerzos cuya meta es sostener cohesionada a la cofradía de Estados que la integran. El horno no está para bollos en territorio gringo, como lo acaban de demostrar millones de ciudadanos que este fin de semana marcharon en El Día de No Hay Rey en esta nación.
Tal fue la consigna, tras la cual el senador demócrata Bernie Sanders emergió como el portavoz frente a los manifestantes movilizados en Washington, Nueva York, Chicago, Boston, Los Ángeles y 2.000 ciudades más en esta nación. El representante opositor agradeció “a los millones de estadounidenses que salieron en pequeñas comunidades y grandes ciudades de todo el país para decir en voz alta y con valentía: No más reyes. En Estados Unidos, nosotros, el pueblo, gobernaremos”.
A lo mejor, en vistas de la marea humana más gigantesca que se haya registrado en la historia política norteamericana fue lo errático que el martes pasado se vio a Donald Trump en la desteñida reunión oficial que mantuvo con Javier Milei. La posibilidad de la disolución nacional, como anticipásemos desde este sitio [NdR: Ver artículo], puede pesar más que el dilema criollo.
La inmensa cantidad de descontentos con el gobierno trumposo que marchó en el No Kings Day se explicó en la parálisis, derivada del “cierre del gobierno”, término que alude al desacuerdo parlamentario sobre el Presupuesto (2026). Fogata a la que la Casa Blanca aventó con el envío de tropas militares hacia los estados de Tennessee, Óregon, California, Nueva York y Washington -todos gobernados por demócratas- con el pretexto de combatir la inmigración ilegal.
Aún así, lo de este sábado fue impactante por el nivel de descontento verificado en Minneapolis, Filadelfia, Washington DC, Boston, Nueva York, San Diego, Denver, Atlanta, Dallas, Freeport (Maine), y millares de ciudades más. También hubo manifestaciones en Canadá, Reino Unido, Francia y España, respaldando a vecinos de esta nación contra el avance del gobierno fascista.
En esta jornada de protesta, un dato llamativo fue la reivindicación de este Día sin Reyes en referencia al general Mark Milley. En esta retrospectiva, recordaron que el militar había señalado que “no hacemos juramento a un rey o una reina... no hacemos juramento a un aspirante a dictador”, sino que “hacemos un juramento a la Constitución”.
Al repasar lo que fue esta marea humana, escasearon los analistas políticos que eludieron describir esta movilización como “la peor pesadilla de Trump”. En tanto, el mandatario echó mano a la Inteligencia Artificial para impostarse con una corona real, tripulando un avión F-16, desde el que tira excrementos a los manifestantes movilizados en Times Square (Nueva York) y las demás ciudades. Cantándoles “quiero retruco” a los millones motorizados por el descontento.
Un usuario de la red social X advirtió este sábado: “Donny, ¿creíste que podías robar y violar a Estados Unidos y que simplemente nos rendiríamos? Tenemos 250 años. Este no es nuestro primer rodeo. Y tú no eres nuestro primer nazi”. Para luego completar con la consigna que “no hay reyes, nunca” y rematar con que “como te ha dicho toda mujer, no, los hombres tampoco”.
Por lo pronto, la Casa Blanca parece apostar al desafío a la oposición, respecto a lo reproducible de otro “No Kings Day”. Mientras, demócratas y otros sectores en disconformidad con los lineamientos trumposos toman más valor, a partir de la gigantesca manifestación del 18-O.
Un panorama que a lo mejor explica la lluvia de tweets & promesas con miles de millones prestos a ser inyectados en el circuito financiero argentino, proferidos por funcionarios estadounidenses. Muchos de ellos sin concreción aún, o bien supeditados al resultado electoral del próximo domingo. Sino, nos vamos de Argentina, según el ultimátum que descerrajó el martes pasado el propio Trump.
Una opción reveladora del modus operandi trumposo, más afín a los movimientos corporativos o a mesas de blackjack, antes que a la macroeconomía y la geopolítica. Y aún a pesar que no lo note, es lo que motoriza el pandemónium interno estadounidense, inédito en más de 200 años de historia. Al que un inoportuno y lejano vecino del infrasur continental ahora regresó, con prisa, a solicitar un nuevo auxilio para sobrevivir. 
NdR, 19 de octubre de 2025.