Hacia el punto de quiebre

- ASUNTOS DE FONDO

Hacia el punto de quiebre
Hacia el punto de quiebre

La situación política en camino a ser reencauzada, en los próximos días deberá develar si reproduce un correlato socioeconómico. Un dilema al que la gestión de Alberto Fernández se enfrenta en el próximo capítulo. Lo que tendrá un epílogo que no dejará contento a todos, tal como sucede cada vez que la política dispone sobre la economía. Echamos un vistazo a dicho escenario.

#Discusiondefondo #Dilemaeconomico

F.P. (*).

Las primeras señales de un viraje en la gestión nacional se encuentran en proceso en el  segundo movimiento que debiera suceder a los nuevos nombres del equipo presidencial, presentación formal con fecha para este lunes a las 16 horas. A contramano de lo señalado por algunos medios de prensa, los cuales al parecer suministran ideas a la dirigencia salteña, los pasos 1 y 2 provienen del escenario DC. Después de la Carta.

El desplazamiento del timón, desde el centro un poco más al lado opuesto del que viene ocurriendo, es de raigambre económica. Para Balcarce 50 implica eludir el sendero que se vino recorriendo hasta el domingo 12 S, direccionándolo en los próximos días hacia el 40 % de sufragios prófugos de la opción del FdT. Unos 6 millones de votos, comparados con los de 2019, los que tampoco fueron hacia la principal coalición opositora.

En un artículo anteriormente publicado por este medio planteamos que “la reciente decisión electoral expresada por alrededor de un 45 % de los electores argentinos, planteó una innegable objeción”, en cuanto al rumbo de la economía [NdR, “Ante un traspié de manual”, 14 de septiembre de 2021]. A mitad de la semana anterior, destacamos que “a escasos tres días después de la última cita electoral, el grueso de la salteñidad volcó fervor, épica y súplicas en dirección al binomio al que se encomendó en presente y porvenir”, indicamos al comparar la asistencia a la conmemoración religiosa con el evento cívico del domingo previo [NdR, “Los recintos de lo sagrado”, 15 de septiembre].

El jueves pasado, aterrizó en el escenario político nacional el diagnóstico ampliado de tal situación político-económica que le permitió al oficialismo hacerse severos replanteos. Una reconsideración que fue al punto, lo llevó casi hasta el quiebre y posibilitó una auténtica confrontación de proyecto, lo que había estado ausente en la campaña por las Primarias y en gran medida explica los resultados de los recientes comicios.

Debajo del ropaje de concordia extrema entre dirigentes o candidatos de fuerzas políticas antagónicas, requerido desde tribunas mediáticas que comulgan con sólo una de ellas, solamente se hallará un amesetamiento del intercambio de ideas que subyace en toda contienda. Incluso en las deportivas, como lo atestiguan la fiereza y la pericia de Lionel Messi en la disputa de la final de Copa América (la que luego del triunfo rioplatense no le impidió confraternizar con Neymar, pero no antes).

El Caballo de Troya inserto en el ideario robertocarlista o nedflanderista implica formas, pero más que eso, contenido, en torno a dar catadura de indiscutible a un planteo económico determinado, parcial. Son los riesgos que se asume cada vez que aparece la argamasa del Extremo Centro [NdR, “Tarde o temprano hay que tomar partido”, 17 de septiembre de 2021] en el mapa. Es que cuando se achata la discusión de fondo, la política tiende a ponerse una lápida.

Intervalo de fin de semana

De momento, en el contexto del Frente de Todos destacó el principal socio de esta entente con su negativa a cumplir el rol final de Juana de Arco en la narración en desarrollo. Mensaje traducible en estos últimos cuatro años de salario real en caída (ecuación entre poder adquisitivo con nivel promedio de precios de bienes y servicios) que tienden a  emparentar a la actual gestión con su antecesora.

En 1977, una crisis profunda en la Madre Patria española (alta inflación y desempleo en aumento) posibilitó arribar al acuerdo de las superestructuras políticas y alumbró los Pactos de la Moncloa. Las buenas gentes ibéricas rubricaron esta expresión de consensualismo extremo, el que incluía un “manos libres” de empresarios para inducir al laissez faire laboral a miles de trabajadores.  

Al moncloísmo acordado por la dirigencia política, sindical y empresaria, con el fin de sobreponerse al desastre del franquismo, le sucedería 15 años después el Tratado de Maastricht. Desde 1992, fecha de conformación de la Unión Europea, los festejos propalados en esta dirección anti-grieta han logrado una cierta algarabía en los españoles, entremezclada con expresiones de descontento.

Ciertamente, el jolgorio que desde nuestras costas atlánticas se atribuye a los ibéricos está basado en la industria lograda por aquel pacto: ciudadanos alemanes prósperos, al igual que una parte importante de franceses en esta misma condición. Las recientes crisis globales, detonadas a partir de 2009, como la de la pandemia hoy en curso, hicieron recelar a los españoles en cuanto a su sistema productivo fundado en el turismo y la inversión inmobiliaria. Lo que desde el centro económico Berlín-París les valió el empático apodo de “chanchos” -PIGS en inglés-  junto a Portugal, Irlanda y Grecia.

El ejemplo del escenario en la Eurozona, acogido en los últimos 15 meses desde el punto de vista epidemiológico, ofrece igualmente un visor de lo económico y productivo. En estos días, Casa Rosada deberá dar resolución a tal dilema, no menor. En una u otra dirección, en un catastro donde el tema tabú, lo que “nadie puede discutir”, plantea el eje en que da vueltas la realidad social de nuestro país.

Este frente interno en desarrollo, además, supone una ruptura inevitable en uno u otro sentido. El primero será con los apóstoles robertocarlistas por la afrenta al altar new age de un país encaminado al “comunismo”. El otro será el de izar las banderas tradicionales del movimiento peroniano, en pos de restablecer nexos con los 6 millones de cumpas que se repartieron entre la inasistencia electoral o el blanquecino contenido en los sobres del mensaje de apercibimiento.

Por otra parte, cabe señalar que nuestra comparación con la Unión Europea es ocurrencia que no nos pertenece.  Este fin de semana, el otrora protector del depuesto mandatario boliviano Evo Morales, el mexicano Andrés Manuel López Obrador planteó una conformación continental que emule a la de la Eurozona, con Washington y Ottawa, incluidas. Y siempre y cuando, ésta propuesta no centre la algarabía en estadounidenses, canadienses y prójimos aztecas, es igualmente merecedora de la más profunda atención. 

(*) NdR, 19 de septiembre de 2021. 


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