#ImposicionTrumposa
F.P.
El presidente Javier Milei podría viajar en las próximas semanas a EEUU para la firma del mayor renunciamiento productivo, comercial y político, exigido por la administración trumposa por el rescate de la previa al 26-O. Esta especulación surgió, luego de conocidos los términos del Acuerdo Marco, difundido en la víspera por Washington y que pone en alerta al agro, la industria y los demás sectores.
De acuerdo al texto difundido por la gestión trumposa, el cual se limitó a consignar sólo la rúbrica de la Cancillería argentina, el beneficio será unilateral para los farmers gringos, su industria automotriz, sus compañías tecnológicas, y las de patentes farmacológicas, entre otras. Además, comprometerá a nuestro país en el retroceso del intercambio mercantil con países asiáticos, principalmente China.
Tal vez, el requisito que no fue incluido en este documento fue el de la devaluación del peso frente a la divisa estadounidense. Una medida cambiaria exigida con total claridad por Pramol Dhawan -ejecutivo del fondo de inversión Pimco- en su ultimátum de la semana pasada [NdR: Ver artículo ]. El financista, antes de reunirse con Milei y su comitiva en Nueva York, instó a liberar la cotización del dólar porque los capitales internacionales “no invertimos a estos niveles del tipo de cambio”.
La semana anterior también tuvo la señal adicional, en la misma dirección, sugerida por Jamie Dimon, ejecutivo del banco de inversión JP Morgan. El portavoz corporativo le dijo a la agencia Bloomberg que “podrían no ser necesarios” los u$s 20.000 millones de bancos internacionales, ofrecidos como blindaje adicional al del Tesoro estadounidense antes de las legislativas de fines del mes pasado.
A lo anterior, se le había sumado lo dicho por Luis Caputo frente a un auditorio de 40 ejecutivos nucleados en un cónclave del JP Morgan Chase, en Nueva York. La semana pasada en esta reunión, el ministro de Economía admitió la posibilidad de un ajuste a las bandas -piso y techo- de cotización del dólar, algo sutilmente distinto a lo que prometió este miércoles a la Unión Industrial.
En cuanto al Acuerdo general con EEUU, listo para la firma de Milei, lo más claro y evidente es la ausencia total de beneficios para los productores, empresarios y la ciudadanía en general de nuestro país. Es que en la totalidad de los apartados, solamente se incluyeron las exigencias estadounidenses, emparentadas con aquellas negociaciones del Profe Neurus, personaje de la historieta Anteojito: nada para ti, todo para mí.
De hecho, el carácter bilateral está ausente en cada párrafo del Acuerdo de Comercio e Inversión que pudiera analizar hasta el más tifossi de los mileidistas. Además, se suma a un Acuerdo similar dado a conocer también en las últimas horas por el Departamento de Estado norteamericano, el cual somete al mismo (mal) trato a Ecuador.
Es decir, el Agreement on Reciprocal Trade and Investment debe decodificarse suprimiendo el vocablo “reciprocal”. Pues reparte los beneficios para los intereses de la gestión trumposa y designa solamente las obligaciones a cumplir por la contraparte argentina. Ni más ni menos que el botín demandado por Washington, tras salvar a los tarambanas rioplatenses que dilapidaron un préstamo del FMI, una megacosecha record y un blanqueo multimillonario…en apenas 8 meses!
Al respecto, el economista Hernán Letcher advirtió que nuestro país y la potencia gringa compiten en rubros como el agrícola, mientras que en la industria la balanza se inclinará indefectiblemente para las manufacturas norteamericanas. Por ello, “la apertura al ingreso de bienes de capital, automóviles, medicamentos y demás significa un automático impacto negativo sobre el aparato productivo argentino”, alertó el director del Centro de Economía Política Argentina.
Despojado de todo léxico protocolar, el peculiar Acuerdo comercial prescribe que “Argentina aceptará la importación de vehículos fabricados en Estados Unidos que cumplan con las Normas Federales de Seguridad de Vehículos Automotores (estadounidense)”, como así también en “Alimentos y Medicamentos”. O sea, bastará un despacho aduanero norteamericano para el ingreso a nuestro país, sin ningún procedimiento para su control o evaluación cualitativa.
Otro apartado inquietante obliga a nuestro país a “permitir el acceso al mercado de las aves de corral estadounidenses en el plazo de un año y ha acordado no restringir el acceso al mercado de los productos que utilizan ciertas denominaciones para quesos y carnes”. Por añadidura, el gobierno criollo “simplificará los procesos de registro de productos para la carne de res, los productos cárnicos, las vísceras y los productos porcinos estadounidenses, y no exigirá el registro de instalaciones para las importaciones de productos lácteos estadounidenses”.
Sobre el final de esta semana, se esperan repercusiones de la oposición (el pejotismo ya puso el grito en el cielo), los Gobernadores, así como de las centrales de firmas industriales, tecnológicas y las de productores agroganaderos. Sólo algunas de las franjas de la actividad económica que serán acometidas por este huracán trumposo. 
NdR, 14 de noviembre de 2025.