#EraEnOctubre
Si bien son muchas y variadas, la objeción con más peso será presentada el mes próximo en Naciones Unidas. Allí, la relatora especial de la ONU para la violencia contra mujeres y niñas, Reem Alsalem, pedirá a los estados miembros la prohibición de la gestación subrogada.
En un informe que lleva como encabezado “Las distintas manifestaciones de violencia contra las mujeres y las niñas en el contexto de la gestación subrogada”, la postura de Alsalem y otras ONG resulta elocuente. Por añadidura, en este trabajó fue planteada la preocupación por la donación de óvulos.
El mencionado estudio concluyó que “la reproducción subrogada comercial, que corresponde a la inmensa mayoría de los casos de reproducción subrogada en el mundo, constituye venta de niños, lo cual es un delito”. En este contexto, el trabajo alertó que “ningún marco regulatorio puede prevenir por completo los graves daños psicológicos que puede ocasionar el proceso de separación”.
Según la investigación hecha por Alsalem, “los niños nacidos mediante reproducción subrogada tienen una edad gestacional media inferior en el momento del parto y, en su caso, las tasas de nacimiento prematuro y bajo peso al nacer son más altas”. Además, opiniones de expertos advirtieron “que la tecnología de reproducción asistida y el embarazo multifetal están asociados a un mayor riesgo de defectos congénitos”.
En particular, destacó que “la lactancia materna, que no se permite en la reproducción subrogada e incluso se prohíbe de manera contractual, es esencial para el desarrollo saludable de los niños menores de 1 año. Las investigaciones sobre el bienestar emocional a largo plazo de los niños nacidos mediante reproducción subrogada, si bien son limitadas, indican que la falta de un vínculo gestacional los expone a un mayor riesgo psicológico”.
En general, el documento cuestionó que “la práctica de la subrogación se caracteriza por la explotación y la violencia contra las mujeres y los niños, incluidas las niñas. Refuerza las normas patriarcales al mercantilizar y cosificar los cuerpos de las mujeres y exponer a las madres subrogadas y a los niños a graves violaciones de los derechos humanos”. 
NdR, 29 de septiembre de 2025.