#EnQueQuedamos
F.P.
Las divergencias entre analistas económico-financieros es cuándo la actual gestión llegará al vértice de sus posibilidades, de tal manera que se ponga a prueba la fortaleza o no del esquema monetario mileidiano. La euforia en el hemisferio especulativo -apuestas a bonos de deuda, Letras del Tesoro y Obligaciones Negociables privadas- contrasta en la misma baldosa con su igualmente taimada postura de “esperar y ver” en materia de inversiones productivas de mediano y largo plazo.
Respecto a inyección de capitales, la excepción está graficada en la actividad extractivista impulsada desde Vaca Muerta [NdR: interés que atrajo hasta suelo criollo a Emmanuel Macron y Giorgia Meloni] y por fusiones & adquisiciones en el sector minero. Mientras, existen vaticinios divergentes sobre el aporte que la administración trumposa proveerá al Estado argentino por medio del FMI, más precisamente si habilitará el grifo de dólares o bien un replanteo al cronograma de pagos externos 2025.
Por ahora, los pasos de música disco en Mar-a-Lago retribuidos con piadosa palmada del anfitrión a su plegariante criollo marcaron en dirección a la esperaduría de avenida Pennsylvania, arteria de Washington DC en la que se sitúan la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional. Queda un tiempo hasta el 20 de enero, cuando el tío Donald asuma y decida en torno a la súplica venida desde el infra sur.
Desde la Patria consultora avizoran un panorama del año próximo con reseteo al cronograma de vencimientos internacionales, por unos u$s 20.000 millones entre FMI y demás organismos internacionales. Conjetura intermedia en función del alcance de la “mano” que la administración trumposa podría dar a Balcarce 50, en año complicado y electoral.
En un trabajo reciente, la firma Criteria anticipó que Casa Rosada apuntará a “una administración de pasivos para estirar vencimientos 2025/2026”, indicó este domingo el diario Ámbito Financiero. Es decir, negociaciones para un “aguántame hasta el martes” que allá se conocen como “waiver”, al directorio integrado por una troika de mujeres: Kristalina Georgieva, Gita Gopinath y Julie Kozack (FMI).
Por supuesto, los especialistas considerados como tifossi de la gestión libretaria ponderan la posibilidad de una reapertura de las canillas con fluido verde, desde la capital estadounidense. Aunque en privado, muchos de ellos exponen algún reparo en off, incluso objetando lo que figura en informes con su propia firma.
Esta homilía expresa la variante de reservas fortalecidas en base al espejismo del blanqueo de capitales (que implica un estacionamiento momentáneo de dólares) y un repunte en liquidaciones del sector agroexportador. Sin embargo, el propio ministro de Economía Luis Caputo alertó el fin de semana [NdR: Ver artículo] por el nivel adverso en cuanto a reservas netas para lo que extendió oraciones por alguna jeringa con dólares.
Además, desde el rubro de empresas que exportan granos si bien consintieron acerca del sostenimiento del tipo de cambio actual, por otro lado no cejaron en su exhorto de ´levantar el cepo´ hacia el primer cuatrimestre del año que viene. A pesar que tal medida, ampliamente reclamada, pondría en riesgo el “factor político” por las implicancias de mayor miseria a la ya castigada población criolla.
De ahí, el jolgorio bursátil que trascendió desde la fracción de los megamillonarios como núcleo duro mileidiano, amparado no en atributos de la gestión como en la inexistencia de una alternativa política para oponérsele. En la semana que se fue, al lanzamiento de la ultradiestra Fundación Faro asistieron inversionistas como José Urtubey (Celulosa), José Luis Manzano (Edelcos/Edenor), Martín Migoya (Globant) y Marcelo Mindlin (Pampa Energía), entre otros.
El envión para esta concurrencia fue el galvanizado proyecto de introducir como reaseguro del Proceso de Reorganización Estatal a dos nuevos cortesanos supremos, por vía de Decreto de Necesidad y Urgencia. Como ya lo hiciera Mauricio Macri Tal como hizo el ex mandatario al comenzar su gestión, allá por diciembre de 2015, con asesoramiento del huidizo Pepín Rodríguez Simón. La última valla a tirar de una nación que en los últimos 40 años de historia política dejó de regirse por la regla básica de toda organización social-recompensa y castigo- y mejor ni imaginar de acá en más.
NdR, 17 de noviembre de 2024.
