Lo que marcaron los polos

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Lo que marcaron los polos
Lo que marcaron los polos

La polarización entre mileidismo y el peronismo quedó más firme en el mapa político, mayormente teñido de violeta. Una evaluación post electoral que propende a darle aire al oficialismo nacional, el que ahora deberá despejar incógnitas macroeconómicas. Por lo cual, se nos apetece pertinente la evaluación que realizamos a continuación.


#PaisVioletaEnDesarrollo

F.P.

La onda violeta se instaló en los principales distritos del país, barrió a los provincialismos y cantó victoria ante el peronismo, que igual quedó como principal fuerza de oposición. En una jornada en la que el ausentismo trepó a niveles inéditos -un tercio del padrón no acudió a emitir sufragio- para la era democrática, el oficialismo trepó al carro de la victoria en un paisaje electoral similar al conseguido por el macrismo en 2017.

Los números en caliente le imprimirán mayor impulso a las contrarreformas que en el plano laboral, previsional y fiscal demanda la administración trumposa, de donde provinieron las primeras palmaditas al sector violeta. De hecho, el presidente Donald Trump asimiló los guarismos a la hora de justificar su respaldo por el blindaje financiero inyectado en los últimos 10 días al esquema financiero y cambiario criollo.

En este contexto, el aporte desde Washington explicó gran parte de los sufragios captados por el mileidismo [NdR: al igual que el 33 % de ausentes de las mesas de votación, en responsabilidad compartida con el pejotismo]. Principalmente, en anclar las proyecciones sobre lo económico para lo inmediato y desensillar al país del caos sociopolítico.

Al respecto, las previsiones acerca de un 27 fundido a negro y de un comienzo de semana con devaluación predispusieron a los conciudadanos en favor del oficialismo. En tanto, la prédica peroniana de sólo ponerle un freno al mileidismo no bastó -como casi siempre sucede- a la hora de emocionar empadronados y encaminarlos detrás de alguna proyección hacia un porvenir venturoso.

Aún así, la lectura más curiosa de los resultados fue la realizada por el Gobernador Maximiliano Pullaro. Al artífice del santafe cinismo se le antojó que sus comprovincianos “y argentinos volvimos a dejar en claro que el kirchnerismo ya no es opción”, sentenció el dirigente de PROvincias Unidas en X, luego de ser relegado al 3º lugar en su propio distrito. Incluso, con el peronismo en el segundo puesto detrás de un casi desconocido candidato violeta.

De hecho, luego de esta jornada que osciló entre lo violeta, la apatía y el celeste y blanco, el peronismo fue el sector político que logró mantener solidez en ambas cámaras parlamentarias. Además del mileidismo que, junto al favor de la mayoría de los votantes anexó escaños del PRO y diversos sectores bisoñé friendly, ahora sumados ya formalmente a su tienda.

El estreno de la Boleta Única de Papel dejó registradas algunas dificultades para analizar a futuro y con mayor calma. Un dato relevante de esta jornada fue el voto en blanco según categorías, rasgo predominante en 6 de los 8 distritos que este 26-O eligieron senadores y diputados nacionales.

En este sexteto de provincias la marca únicamente en la categoría de senadores nacionales contrastó con el doble que fue el voto en blanco para diputados nacionales. Además, en Salta -así como Entre Ríos- el voto en blanco para Cámara baja triplicó al de senadores nacionales: casi el 10 % dejó sin tildar esa categoría,

Según el analista político Sebastián Lacunza (Diario Ar), este fenómeno seguramente respondió a “gente que en gran medida no se dio cuenta de que no votaba a diputados porque la categoría estaba más abajo”. Por lo cual, concluyó que “ningún sistema electoral es bueno o se aplica bien si induce al error en el ejercicio del más primario de los derechos democráticos”.

En el principal distrito del país, la prédica anti caos devaluatorio se conjugó con la huelga de brazos caídos en la que se sumieron intendentes bonaerenses y dirigentes sindicales. Este doble fenómeno, advertido oportunamente por Cristina Fernández de Kirchner, posibilitó al mileidismo apropiarse de más de 1 millón de votos y así sobrepasar al pejotismo, triunfante en este mismo distrito apenas 50 días atrás.

De acá en más, a Balcarce 50 le quedará por sofocar el frente socioeconómico y financiero, el rival más difícil con el que cuenta a corto plazo. Un escenario muy similar al que se enfrentó el macrismo en 2017, tras lograr un triunfo más holgado en las legislativas de aquel año. Aunque unos pocos meses más tarde introdujo a esta misma gestión en un tobogán del que jamás se pudo retrotraer.

Una cuestión adicional para poner bajo la lupa es la de las perogrulladas peronianas, repetidas como un mantra, pero tal vez inexactas. En particular, aquella de los errores del rival como motor exclusivo de la propia dinámica proselitista. Una proposición agradable para quien la pronuncia, pero de dudosa efectividad en el territorio. 


NdR, 27 de octubre de 2025.

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