Herederos de Waterloo frente al reseteo

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Herederos de Waterloo frente al reseteo
Herederos de Waterloo frente al reseteo

La conmemoración de esta jornada dominguera nos remite irremediablemente al pasado, en busca de una enseñanza histórica. No tanto por aquella batalla que marcó el fin del proyecto bonapartista, como sí en cuanto a la revisión de la planificación a la que parece incitar. Un examen retrospectivo que nos lleva al domingo anterior con el objetivo de reestructurar el programa opositor.


#PejotismoRevision

F.P.

Es clara la condición de principal fuerza de oposición que quedó en firme hacia futuro para el peronismo, como también sus inconvenientes organizativos a la hora de afrontar la acometida violeta. Procedimiento de reconfiguración en que el pejotismo está inmerso, mientras el mileidismo le imprimió velocidad dejando esquirlas en el camino (Macri, Guillermo Francos, Lisandro Catalán, etc) sin que eso le asegure un destino virtuoso.

Los predicadores de la concordia in extremis se declaran ateridos, ante los tibios cruces entre el kicilofismo y el kirchnerismo, por la acción u omisión que llevaron a los resultados del domingo anterior. Sin atender al tratado aristotélico sobre la política como integrada por la faceta agonal (de lucha, de confrontación de ideas), además de la tarea arquitectónica que también la caracteriza. Ambas inescindibles, si cabe aclarar para los oídos menos atentos.

Es así que los números virtuosos son como Luis Miguel, con centenares de progenitores jactándose de dicho rol, los porcentajes adversos suelen toparse con el vacío paternal. Con todo, el del 26-O no fue un mal desempeño del PJ, dada su actual condición de partido desvencijado, sin líderes capaces de hipnotizar a millones de connacionales detrás de un proyecto alternativo de país (si bien no sobra, basta con ser claramente distinto al del mileidismo).

Resulta evidente lo naif de conceder casi todos los movimientos de piezas en el tablero al oficialismo mileidiano, una suerte de campaña de brazos caídos delineada por los coroneles platenses. La que, incluso, se extendió al resto del país como fue la dinámica impresa a Fuerza Patria en nuestra provincia.

Al son de aquel mantra napoleónico, consistente en ceder la acción al rival cuándo éste ya se equivocó y propende a persistir en su yerro [NdR: Ver artículo]. Una receta que implícitamente supone un planteamiento estratégico previo, el cual se corresponde con el posterior curso de las acciones en el campo.

Pero tal recomendación bonapartista no corre cuando el diseño estratégico está errado desde el principio y al oponente sólo se le dan reiteradas chances de introducir rectificaciones. En medio de esta discusión -definitivamente sustancial- se sitúa el ping pong entre la Casa de Gobierno platense y San José 1111.

El apuro ante la indefinición del escenario pejotiano inclina a profundizar la confusión entre los cabos y sargentos de esta tropa. Lo cual, en los días previos se entrevió en las huestes locales del Partido de la Victoria, a través de pronunciamientos a favor de Kicilof, cartelería con CFK y coqueteos con el saenzismo. Futurismo, cristinismo y promileidismo por el mismo precio. 


Posibilidad en el aire


Tal vez, en vistas de la reaparición de figuras como las del ex Presidente Alberto Fernández o de su ministro Martín Guzmán, quienes simbolizan una versión azucarada de peronismo y a la vez con escaso apoyo popular. Quizás, a esto se refirió en parte la titular del PJ nacional Cristina Fernández de Kirchner al aludir a esas puntas de lanza capaces de fragmentar ideológicamente la propuesta opositora.

Señales sobre las que se monta el cuestionamiento a CFK por darles protagonismo en el firmamento peroniano, aunque esa pifiada sería de origen y, por lo tanto, no imputable a su accionar posterior a diciembre de 2019. En tanto, Alberto F y Guzmán no escatimaron su preferencia por el Gobernador bonaerense, a quien el primero de los mencionados denominó “proyecto de presidente”.

En el tintero quedan los cuestionamientos públicos de Cristina a Alberto Fernández, en 2021, pidiendo un cambio en el rumbo económico que incluyesen mejoras en salarios, jubilaciones y baja de tarifas en los servicios. Lo cual fue antes y después que el peronismo resignara más de 2.000.000 de electores, refractarios a los lineamientos económicos de la gestión anterior (y presagiaron la remontada por diestra que desembocaría en la actual gestión ultra).

Aquellas discrepancias fueron notorias en el primer trimestre de 2022 cuando el kirchnerismo, con Máximo Kirchner como portavoz, se negó a convalidar el mega endeudamiento macrista. El cual igualmente fue sancionado por la “correlación de fuerzas” parlamentaria que llevó a representantes del PJ a confluir con sus homólogos macristas.

En un tono similar al de tres años atrás, el kirchnerismo alertó tempranamente sobre el peligro de desdoblar comicios bonaerenses de las legislativas nacionales. Lo hizo en función de razonamientos estratégicos solventados en lo numérico, dada la eventual proyección de resultados electorales desde el distrito donde emite sufragio más del 37 % del padrón nacional.

Y de hecho, el domingo pasado el pejotismo bonaerense obtuvo 300.000 votos menos que el 7 de septiembre -50 días antes-, en tanto los de violeta incrementaron 850.000 a su favor. A su vez, en municipios gobernados por el futurismo (Ensenada, Avellaneda o Berazategui) se registró una merma de votos en comparación al 7S, en contraste con intendencias camporistas (Quilmes, Hulingham, Lanus) en las que se mantuvo constante el porcentaje o en que la diferencia a favor de los violeta fue mucho menor.

Waterloo es conocida en la historia moderna como aquella batalla en la que el autor de la frase “cuando veas a tu enemigo equivocarse, no lo interrumptas” fue vencido por los ejércitos británico, holandés y alemán, en junio de 1815. Salvando las distancias, la cuestionable polivalencia de esa máxima expresada por Napoleón se probó el 26-O inaplicable a cualquier circunstancia. Señal que debería motivar a revisar todo arresto de ingenuidad opositora. 


NdR, 2 de noviembre de 2025.

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