#RoscasYMasRosquetes
F.P.
El mileidismo apeló al veto presidencial para mantener los recortes en la educación superior -profundizados en el proyecto de Presupuesto 2025- y empezó a tender puentes entre el catálogo de fracciones parlamentarias con vísceras más sensibles. Si algo no le falta al oficialismo es un diagnóstico detallado por qué lado empezar, así que las miradas se focalizaron sobre las bancas ucerreístas.
En particular, sobre el G-5 de diputados nacionales boinablancas que semanas atrás trabaron la nano suba de jubilaciones y pensiones. De modo tal que la lupa mileidiana se posó en escaños como los ocupados por Martín Arjol, Mariano Campero, Pablo Cervi, Luis Picat y José Tournier, con la meta de mantener los recortes a las universidades nacionales. Todavía sin asado en Olivos, de por medio.
Los desteñidos colores partidarios no son cuestión aleatoria, pues el ucerreismo mantiene -además de presencia en diversos distritos del país- un fuerte ascendente entre la comunidad educativa del nivel superior. Baste con ver el caso de Salta, donde Franja Morada mantiene por varias décadas la manija de la Universidad Nacional local, pero al menos hasta el año 2011 [NdR: cuando se implementó el voto electrónico] ha sido incapaz de suministrar un candidato a la Gobernación que fuese competitivo.
En cuanto al escenario parlamentario, el oficialismo descuenta los votos a favor de sus tres diputados libretarios Julio Moreno Ovalle, Carlos Zapata y María Emilia Orozco. Esta troika que también participó del jocoso festejo en Olivos, luego de expresarse por mantener a las jubilaciones más bajas en situación de infra-indigencia.
En cambio, aún es una incógnita lo que harán los legisladores saenzianos que abrevan en el bloque Innovación Federal, presidido por la diputada Pamela Caletti y que completan Pablo Outes y Yolanda Vega, también conocida como la “Diana Mondino cerrillana”. En este último caso, ya que los recortes a las partidas universitarias constituirían una afectación extra a la economía gaucha, si se le adicionan los tijeretazos a los Recursos de Origen Nacional previstos para el año siguiente.
La prueba de fuego acerca de las bancas radicales ya fue lanzada. Este jueves, el bloque ucerreista pedirá sesión para el próximo miércoles, 9 de octubre, a las 11 horas, con la misión de ratificar el financiamiento al sistema universitario. Un expediente que irá sin la firma del G-5 del pito catalán contra adultos mayores.
Dispuesto a reeditar la gesta de los 87 anti héroes del Costillar, el gobierno nacional s e prepara en Cámara baja a bancar el veto del mandatario nacional. En medio de la mega marcha universitaria, Balcarce 50 deslizó algunas versiones acerca de la posibilidad de no vetar la norma parlamentaria a favor de las casas de altos estudios. Ello pudo haber dulcificado los discursos enunciados desde el palco montado frente al edificio del Congreso nacional, pero tras la desconcentración estudiantil se conoció la disposición presidencial.
Al respecto, Casa Rosada ya estuvo trabajando sobre este escenario en los días previos a la marcha universitaria. Los encuentros mantenidos entre legisladores nacionales con el ministro Federico Sturzenegger (Desregulación y Transformación) y el Vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán fueron bastante pedregosos. Sin embargo, esto no implica que los legisladores del PRO vayan a pasar del lado opositor en este apartado universitario.
Por ahora, los diputados del macrismo contrapusieron el predicamento que cuentan los rectores universitarios y el prestigio de las casas de estudio (por encima del 75 %) entre la ciudadanía. “Se van a chocar contra la pared, que no cuenten con nosotros para lo de universidades”, resumió este jueves el diario BAE Negocios la postura del PRO, en una nota de la analista Gabriela Vulcano.
De cualquier manera, todo está por verse. Muchos de los parlamentarios caracterizados a la diestra, en armados insulares/provinciales o en el pejotismo paramétrico suelen mirar los sondeos realizados por empresas sociológicas, antes de dar un paso. Un rasgo claramente alejado de lo que se considera un dirigente político, aunque muy común en la Argentina de estos días. 
NdR, 3 de octubre de 2024.