#DiegoyArmando #Leyendasyanecdotas
99 años atrás, nacía en Nueva York el actor Guy Williams, un ídolo recontra mil popular en los años 60 y 70 en gran parte del mundo, principalmente en nuestro país, donde eligió vivir el tramo final de su vida. El anecdotario criollo supone algo así como una ola -por aquellos años- de bautizos con el nombre Diego, lo que quizás remitiría al pibe que nació en esa época en Villa Fiorito, en son de concatenar figuras captadoras del afecto masivo. 
Es que en territorio rioplatense el artista neoyorkino gozó de un inmenso reconocimiento por su papel como Diego De la Vega, en la serie de la Disney “El Zorro”. A su vez, es necesario puntualizar que el registro civil de Washington Heights, en la isla de Manhattan, lo tenía bajo el nombre de Armando Catalano. Con lo cual, en cierta forma, tendríamos un Diego-Armando. Si bien al intentar proyectar su figura al mundo del cine, abandonó el nombre original con que había sido bautizado aquel 14 de enero de 1924 y lo cambió por Guy Williams. 
Entre 1957 y 1961 estelarizó El Zorro, la serie de la Disney para la que había sido entrevistado por el mismísimo Walt D. Al titular de los mencionados estudios le cupo que Guy fuese un tipo alto –medía 1,90-, estuviese ligado con ancestros latinos (era hijo de dos tanos) y destacase por cierta destreza con la espada (de joven había tomado clases de esgrima con su padre). 
Williams pidió una paga semanal de u$s 2.500, requerimiento que al tío Walt le pareció en principio una cifra elevada, pero de todas maneras pagó y confió en su nuevo recluta. Al protagonizar “El Zorro” amplió su fama como galán, jinete, espadachín y sex symbol con toques latinos. Hasta que al final, el 10 de octubre de 1957 se estrenó la serie de capítulos de media hora en la American Broadcasting Company (ABC). Con éxito al instante. 
Así, Guy alternó escenas famosas montando a Tornado y a Fantasma, los corceles negro y blanco, respectivamente. Rápidamente, la productora vio el suceso y preparó una peli, estrenada en 1958 bajo el nombre “La marca del Zorro”. Aunque al poco tiempo surgieron inconvenientes entre Disney y ABC por lo que la serie fue levantada.
Después, vendrían las pelis “Damon y Pithyas” y “Simbad del marino”, las que le dieron al actor la sal de aquellos años. En el 64 participó en algunos episodios de la serie de televisión “Bonanza” y de la más futurista llamada “Perdidos en el espacio”.
La vida laboral de aquellos años de fama y gloria le proporcionaron a Williams cierta holgura para los años de vacas flacas, ya que había invertido en varios negocios. De manera tal que en los 70 llegó a la Argentina con envidiable temple, pese a no haber tenidos ofertas desde Hollywood. 
El 1 de abril de 1973, Guy llegó al aeropuerto de Ezeiza en una jornada memorable por la cantidad de público que asistió a recibirlo. Para lograr su arribo, había viajado a contactarlo en EEUU el periodista Leo Gleizer. Eso concretó el show que condujo Víctor Sueiro en el canal 13, donde hizo una muestra de esgrima. 
Después, Williams se presentaría en el programa “Porcelandia” y en cada aparición suya catapultaba estos envíos a más de 40 puntos de rating. Un zarandeo similar fue el día 14 de julio de 1973, en su segunda visita, con miles de personas esperándolo en Ezeiza [NdR: en el medio, el peruquismo había juntado millones el mes anterior para recibir a Perón, sin embargo, finalmente una facción de ultraderecha ametrallaría desde el palco a esa multitud]. Y el éxito volvió a darse en cada una de sus intervenciones televisivas. En esta segunda ocasión, Williams había venido con su esposa Janice y con Henry Calvin, quien encarnaba al sargento Demetrio López García. 
En el 74, de incógnito, y en el 79, Guy volvía a Buenos Aires para alternar entre presentaciones en televisión y shows en el circo Real Madrid u otros espectáculos en vivo. Los memoriosos consignan que en la avenida Sarmiento, en Ciudad de Buenos Aires, se había colocado un inmenso cartel publicitario con la silueta del ídolo y una letra Z.
En los 80, el actor recaló en el barrio de Recoleta y ciertos medios aseguraban que vivía en nuestro país. Una situación que alimentaba el misterio, en parte por el bajo perfil que siempre tuvo y por otro lado porque eran años en los que resultaba mejor ni preguntar. Sin embargo, quedaron situaciones de cotilleo que situaban a Williams caminando por calles porteñas, tomando café en La Biela o en el Hotel Alvear.
En este barrio falleció, el 30 de abril de 1989, víctima de un aneurisma cerebral. Allí lo encontraron sus vecinos, en el departamento de calle Ayacucho 1964. Este sábado se cumplen 99 años de su natalicio. El acta de defunción consignó el fallecimiento de Armando Catalano. El Diego, el Zorro, sigue vivo en cada argentino.
NdR, 14 de enero de 2023.