#ElClausInterior
M.R.
Claus vön Stauffenberg pasó a la historia por su rol en la resistencia al hitlerismo, en base a la criminalidad del gobierno totalitario alemán, pero también por las dudas respecto a la insolvente estrategia militar del Führer. Diatribas que el profesional de las armas -perteneciente a la altísima alcurnia germana- formuló aún durante el apogeo nazi previendo catastróficas consecuencias para el pueblo de esta nación. Es decir, Vön Stauffenberg no admitía eso que al Canciller teutón había que darle tiempo.
Lo rescatable del caso, luego famoso con la notable peli “Operación Valkyria” (2008, dirigida por Bryan Singer), fue que el conde Claus vio el traspié en la bestialidad nazi contra la población civil y la chapucería estratégica cuando pocos en los años 40 la veían. Y hasta es posible que mucho antes, cuando en el 33 Adolf había llegado al poder por su rol en la baja de la inflación y la mano dura lanzada contra piqueteros de la pseudoizquierda y la izquierda.
Hacia 1938, el profesional militar admitió el horror producido por las salvajadas perpetradas desde las SS en La Noche de los Cristales Rotos. Incluso, por medio de sus influencias consiguió rescatar de las garras del nazismo a su prima, la famosa aviadora Melita Schenk vön Stauffenberg -de ascendencia judía- rotulada para ir al muere en un campo de concentración.
A diferencia de Hitler, vön Stauffenberg mantenía su afición por la literatura, la música, el estudio y en función de su desempeño en combate cargaba con cuanta condecoración se hubiese inventado: Cruz de Hierro de Primera Clase en 1940, distinción por su rol en el frente ruso y otra por su desempeño en África del Norte con la 10ª División Panzer. O sea, había ganado su lugar en la “casta” de la tradición familiar equiparando y hasta superando a sus antepasados que desde la aristocracia eligieron la carrera castrense. A tal punto que el crucero GMS Gneissenau (Primera Guerra Mundial) y el acorazado DKM Gneissenau (Segunda Guerra Mundial) honraban con sus nombres a parientes de Claus.
De sus años en el frente ruso, vön Stauffenberg no se volvió horrorizado de ver tanto comunismo, sino de la bestialidad con que actuaban las SD mascrando judíos, gitanos, eslavos, lapones de cualquier edades y género, tras el paso de las tropas germanas. En cambio, del Norte de África se trajo un ojo menos, un brazo amputado y tres dedos al funeral en su otra mano, a la par de la presunción que el nazismo ya chamboneaba al por mayor con sus órdenes y se había entregado a una orgía al sacrificar al pedo a miles de reclutas alemanes.
De manera tal, luego de sus cartas hacia camaradas de armas redactadas en el norte africano había perfeccionado su idea que la ruina de la nación era el sinónimo exacto del hitlerismo en el poder. Así, malherido y con medio cuerpo de menos o inutilizado, el coronel Stauffenberg volvió a Alemania y a rodearse del círculo de aristócratas, dirigentes y militares dispuestos a terminar con Hitler.
El resto ya es casi conocido: entre el grupo antes mencionado diseñaron la Operación Valkyria del 20 de julio de 1944, pusieron una bomba en el bunker de Hitler, intentaron un golpe de Estado y la movida fracasó. Ante el pelotón de fusilamiento, Claus vön Stauffenberg se remitió a su patriotismo y dijo: “Larga vida a la Sagrada Alemania”.
Junto a los demás conspiradores de aquel 20 de julio se habían propuesto el objetivo de comunicarle al mundo que Alemania no era sólo la expuesta por el nazismo. Luego de unas cuantas décadas, la plaza Blenderstrasse en Berlín, pasó a llevar su nombre. En 1991, el asteroide 8171 también fue bautizado asteroide vön Stauffenberg.
NdR, 6 de abril de 2024.