#LasGafasDeRoy
M.R.
Las generaciones de más reciente acercamiento al rock posiblemente se hayan preguntado por el hombre mayor, con anteojos oscuros y voz inigualable que supo cantar con los Travellin Willburys, supergrupo ochentoso. Y es que Roy Orbison no sólo tuvo aquella magnifica afinación vocal, sino que además en sus actuaciones y demás registros en directo sus inmensos anteojos fueron también otro rasgo personal. 
Y es que el bravo Roy es uno de los artífices, junto a Elvis Presley, Johny Cash y Jerry Lee Lewis [NdR: ver la peli “Johny y June pasión y locura” con Reese Whitherspoon y Joaquin Phoenix] de aquella mutación del country al jazz y un brinco más allá, luego denominada rock and roll. De hecho, había nacido en Tennessee y fue uno de los primeros fichajes concretados por Sam Phillips (Sun Studios), el impulsor de Elvis, Cash y Jerry Lee.  
A los seis años, el pibe de los Orbison había recibido su primera guitarra como obsequio de su padre, Orbie Lee, una forma de entretenimiento muy al estilo de las familias irlandesas. Además que a Roy lo mantenía al resguardo de los pibes molestos de la escuela que intentaban mofarse de sus anteojos gruesos, hasta que los puños enarbolados del susudicho les suministraban la impresión que eso no era buena idea. A la par, el jovenzuelo alternaba el embole de paisaje y cultura texana -gracias al conchabo paterno en el rubro perforación- y que describiría con precisión casi antropológica como mezcla de “fútbol, campos petrolíferos, petróleo, grasa y arena”.   
A los 7, el muchacho de ascendencia circunscripta hacia Lurgan (Ulster, Irlanda) ya había desembarcado en la música country, donde le esperaba una de sus principales influencias. Era el estilo de vocales como arrastradas que caracterizaba a Lefty Frizzell, de quien a fines de los 80 tomaría parte de ese nombre en su nueva piel como “Lefty”, uno de los Travellin Willburys [NdR: super banda en la que alternó con Bob Dylan, George Harrison, Tom Petty y Jeff Lynne]. 
Así que a la par de estos hallazgos sonoros, también por el lado del estilo Tex-mex y el cajún, y todo lo que fuese estilos “sepia” -denominaciòn para diferenciarlo del blues- Orbison decidió teñirse canoso el pelo, pese a su juventud, posiblemente con el objetivo de completar su apariencia física con aquellos voluminosos anteojos y darse autoridad. 
Las gafas fueron parte de la herencia genética familiar, pues al igual que sus hermanos padecía una vista levemente defectuosa y alternaba las lentes de aumento con las de anteojos para sol que lo preservaban del potente sol del sur estadounidense. Sin embargo, fue el olvido de sus anteojos de aumento en un viaje en avión y el reemplazo por los de sol cuando ofrecía una gira con The Beatles lo que le proveyó su imagen más conocida. Así complementaba su apariencia entre misteriosa y distante con las camisas oscuras que solía usar.
De hecho, su gira de 1963 por el Reino Unido selló a fuego su carrera profesional. Todo indica que Roy no había sido fehacientemente informado acerca de la condición en la que se sumaría a dicha serie de shows y suponía que era el número principal, cuando en realidad lo era el cuarteto de Liverpool. “Qué es un beatle!”, preguntó cuando le comunicaron los términos de la gira y desde atrás Lennon le respondió que “soy yo”.
Esta anécdota detrás del cortinado no interfirió con que Roy subiese en primer lugar al escenario, ante el asombro de McCartney, Lennon, Harrison y Ringo Starr por el efecto entre el público que clamaba por Orbison. “En Glasgow, todos estábamos detrás del escenario escuchando los tremendos aplausos que estaba recibiendo. Estaba parado allí, sin moverse ni nada”, comentó shockeado el baterista de los Beatles. 
Es probable que también estuviese con sus legendarios anteojos cuando entró en aquella habitación de hotel Claudette, su esposa intermitente, a decirle a Roy que se iba a Nashville. A lo que su coequiper como compositor, Bill Dees, reflexionó que “una mujer bonita nunca necesita dinero”, 40 minutos antes que la canción más famosa de Roy tomase forma y pusiera banda de sonido a más de 6 generaciones. Además de rescatar, en la segunda mitad de 1963, al rock estadounidense ante la ola de artistas británicos que había desembarcado en los rankings, teatros y estadios norteamericanos. 
NdR, 9 de febrero de 2024.