Por: Federico Pérez (*).
La contienda electoral que despejó una de las incógnitas este domingo, en cuanto al doble llamado electoral que se completará el 10 de noviembre, sembró nuevas incertidumbres. La principal es por qué el triunfador del Frente de Todos, Sergio Leavy, no reclamó tal cetro, lo cual tácitamente le dejó el campo orégano al segundo, Juan Carlos Romero, para descorchar de lo lindo.
El propio Leavy planteó los resultados conocidos este domingo por la noche como trampolín en la puja por la Gobernación de Salta, lo que se definirá en los próximos 13 días. Sin precisar, respecto a si dimitirá como flamante senador nacional electo e irá sólo por el Ejecutivo provincial, el legislador oriundo del norte provincial ahondó sobre un pantano conceptual que hasta dejó perpleja a su propia tropa.  
Como si fuese una versión local de “Jorge Suspenso”, el personaje encarnado por Diego Capussotto, adelantó su anhelo que Salta se integre a un “modelo nacional”. Nada respecto a cuál sería dicho ideal, cómo conseguir tal objetivo supuestamente deseado, por qué los vecinos deberían encomendarse en tal rumbo, ni quién sería la figura que asfaltaría ese camino. Todo muy en penumbras.
Algunos números explican este recato. Alberto Fernández sacó en Salta 42.891 votos más que su postulante al Senado nacional, Sergio Leavy. En tanto, el mandatario electo aventajó a su compañero de boleta local en Diputados nacionales, Lucas Godoy, en 44.698 sufragios.
En comparación, el senador electo por Juntos por el Cambio, Juan Carlos Romero, no sólo descontó 100.000 votos (saltando 13 %) de lo cosechado el 11 de agosto. Además, le dio al macrismo una escalada hasta el 35 % de los sufragios y consiguió triunfar en Capital, con lo cual dejó un buen plafond para Bettina, su hija, candidata a intendenta de Salta en dos fines de semanas más. Todo, ante la parsimonia del Frente de Todos local.
Este nuevo posicionamiento, según aparece como hipótesis en los alrededores de Zuviría al 800, servirá para esmerilar al candidato a Gobernador más votado en las Primarias del pasado 6 de octubre. Si no en los comicios generales del 10 de noviembre, al menos en el margen de maniobrabilidad con el que podría contar Gustavo Sáenz, ante un eventual triunfo en esta siguiente contienda.
NdeR, 28 de octubre de 2019.