Una cuestión de entropía

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Una cuestión de entropía
Una cuestión de entropía

El derroche de energía es lo que puede verse esta primera semana del mes en el horizonte saenziano. Un fluido que parece sobrarle, aunque igual se expresa en el éxodo y el arribo de funcionarios. Y como en todo sistema cerrado, la luz amarilla puede venir de metros más allá.


#RepuestoSinCambios

F.P.

La polka en la que entró el oficialismo local con los relevos en el elenco gobernante tienen evidente rasgo de entropía, dificultad que aqueja a los sistemas cerrados. El estado gaseoso que caracteriza al saenzismo es tanto virtud como inconveniente, en medio de un escenario político general que parece irse estructurando de manera diferente.

En ese contexto, las diversas reacciones al respecto alternan entre la indiferencia y el bostezo, tanto por los nombres con el pulgar hacia abajo como los que se aprestan a ser entronizados. Tal como se anticipó desde este sitio [NdR: Ver artículo], los cambios en el equipo empezaron por la cartera de Turismo y siguieron por la de Seguridad. Mientras, en Gobierno, Producción, Salud y Educación cunde la misteridumbre, mezcla de misterio e incertidumbre.

De acuerdo a persistentes trascendidos, desde el Ejecutivo provincial avientan la posibilidad de echar mano al catálogo de no-saenzistas u oficialistas offshore, a fin de encarnar los relevos. Por lo pronto, comenzó a verse una prosa más barroca en los mensajes de despedida a funcionarios cuyo desempeño parece haber sido formidable, si no mediase la razón por la que extienden sus dimisiones.

Así, según el oficialismo el ex ministro de Seguridad dejó el cargo “con la frente en alto” por su desempeño, en contraste con las loas por el arribo a territorio salteño de fuerzas de seguridad nacionales que los mal pensados supusieron venidas a suplir el rol de la policía provincial. En una -tal vez- errónea hipótesis que la cana y los penitenciarios vernáculos estaban cerca del desmadre y llevaron a que Marcelo Domínguez -ahora ex titular de esta cartera- admitiese la intención de “descansar”.

Este fue el segundo cargo en quedar vacante, luego de la renuncia de Mario Peña (Jr) al Ministerio de Turismo que alegó producto de sus planes de recostarse en la actividad privada, en una mezcla de preferencias que nunca nadie consiguió desmentirle. El ex titular de esta cartera fue despedido con resaltador hacia su “nobleza” y condición de “gran ser humano”, vindicación moral más emparentada con las fraternidades estudiantiles.

Dos situaciones casi con propensión a desbarrancar unos chismes, a partir del epílogo tras el cual Gaspar Solá Usandivaras y Manuela Arancibia alistan atuendo de gala para asumir en Seguridad y Turismo, respectivamente (es decir que Domínguez y Peña albergaban la expectativa por permanecer en sus cargos). Y si en la semana anterior hubo una infructuosa directiva -a empleados públicos- destinada a exaltar sendas gestiones en redes sociales, el magro resultado debe haber sido sumar contenido al balance de gestión en el momento de la despedida.

A su vez, cerca de Gobierno indicaron con gesto asertivo el posible ingreso de la abogada Ana Paula Benavídez a esta cartera. Otrora concejal y dirigente del “biellismo” nucleado en el partido Salta Independiente (al que Benavídez supo presidir en el pasado), la ex edil capitalina es una más de las representantes censadas en el gaseoso límite de oposición y/o/u saenzismo.

Con este reseteo, el Ejecutivo salteño confía tener bajo el mando gran parte del mapa electoral diseñado pensando en el 4 de mayo próximo. Con este armado, más el híper cuestionado sistema del voto electrónico, el panorama asoma a pedir de boca.

En paralelo al giro de 40º en torno al nuevo gabinete provincial, un allegado al fogón saenziano es el ex Gobernador Juan Manuel Urtubey. El antecesor de Sáenz buscará alzarse con una banca en la Cámara alta nacional en 2025, sosteniendo como zanahoria una versión híbrida entre una suerte de pejotismo descafeinado y neomacrismo en ciernes. Una especie de “Ni-ni” desaconsejada por politólogos tradicionales.

Esta receta de la escudería ideada por el consultor Guillermo Seita responde al mismo molde en que decidió encajar el saenzismo, por lo que es compartida con Urtubey. A ojos de narradores candorosos esto ofrece una versión intermedia entre extremos indeseables, mientras la zurda jinpinguista los asimila como canal de intercepción del voto peruca.

Sea cual fuere la respuesta, cualquier retribución aparece alejada del GPS mileidiano. En su meta por adueñarse de todo el espacio diestro, el proyecto libretario no reniega de su condición ultra ni extrema. Por eso, al comenzar la semana un lugarteniente gatilló que “deprime que la agenda del Pro sea proscribir a CFK y manguear guita” para cumplir con esta tarea, le dijo esa fuente al diario Página /12. Una señal con una proyección mucho más amplia. 


NdR, 2 de diciembre de 2024.

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