#EncuentroNoDeseado
F.P.
De existir, las denominadas fuerzas del cielo debieran juntar energías con el fin de conjurar la arremetida de la zurda internacional que obligó al Presidente Javier Milei a ocupar baldosa contigua a la de su par chino Xi Jinping. El cónclave en el aceitado territorio carioca -lugar donde se desarrolla la Cumbre G20- contribuyó a elevar el recelo, acerca de las intenciones que se trae entre manos desde el poniente.
La excusa divulgada este martes en la prensa a cargo de la cobertura del evento fue el millonario swap chino, renovado tras el visto bueno del gobierno de Xi Jinping en junio pasado. Un alivio para el gobierno criollo que, sin embargo, gatilló conjeturas en el almirantazgo celestial. Si es rojo y chino, alguna intención bajo la túnica debe esconder.
El hecho fue que en Río de Janeiro la foto de Milei con Xi, con elevada probabilidad se utilizará para intentar mellar el reciente acuerdo fotográfico que el argentino selló en Mar-a-Lago con Donald Trump. En medio de la guerra comercial de Gringolandia versus Limonlandia, la gestión trumposa intentará profundizar este conflicto por la vía arancelaria (lo cual de rebote también podría perjudicar a la economía rioplatense).
En el caso puntual del cónclave en la megalópolis brasuca, Jinping reiteró la invitación formal a Milei para visitar China en la próxima cumbre de la CELAC el 8 y 9 de enero próximos, en Beijing. Convite que el mandatario criollo retribuyó mediante invitación cruzada a su homónimo chino, ambas “en plazos y términos a acordar entre ambas cancillerías”, indicaron desde palacio San Martín.
La postura de la potencia asiática apuntó a “incrementar el comercio con la República Argentina, mientras que Argentina manifestó su vocación de diversificar y aumentar su oferta de exportaciones al mercado chino”, resumió el portavoz argentino Manuel Adorni, desde sus cuentas en redes sociales.
Después del julepe al evitar un default a mitad de año, gracias al auxilio del Estado chino a través de préstamos utilizados como reservas internacionales, Balcarce 50 pudo cancelar un pago al FMI. Con lo cual eludió una situación de cesación de pagos que hubiese resultado catastrófica para el mileidismo.
Una vez conjurado este escenario ígneo, Casa Rosada logró reprogramar hasta junio del año próximo el pago por u$s 5.000 millones a China. Lo que llevó a Milei a desdecirse de cada brulote lanzado hacia esa nación “comunista” con la que nunca había que comerciar, reconvertida en “un socio sumamente amigable”, como reseteara luego el propio Jefe de Estado. 
NdR, 19 de noviembre de 2024.