#BajaEnLaCiencia
El tramo final del año con una mortecina luz verde en materia económica -más quietud por el lado político- si bien nadie en el gobierno sabe cuánto más durará, al menos sirve como excusa para alacranear. Una asignatura en la que el mileidismo es diestro, valga la redundancia, y espera prolongar hasta el próximo año electoral, aún en medio de cierto escepticismo.
En la tarde del martes próximo, el INDEC publicará el informe de inflación basado en rubros subestimados (como energía y servicios del hogar, principalmente) en tal magnitud que las pizarreadas en la época de Guillermo Moreno parecerán juego de niños. Esto en medio de una cierta quietud por el lado cambiario y financiero, debido al ingreso de dólares blanqueados, y un envalentonamiento en prácticas autoritarias.
Una de las más recientes fue la que explicó en el portado que dio el director del CONICET Manuel García Solá, denunciando persecución ideológica. El flamante ex funcionario se pronunció en contra de “cometer algún acto de persecución por ideas científicas, políticas o religiosas”, en su carta de dimisión a tal cargo.
Con pasado en el menemismo y en Sociedad Rural Argentina, su desembarco en la actual gestión había sido visto como un proceso cuasi natural de continuidad. Sin embargo, García Solá expuso su negativa a protagonizar contra becarios e investigadores “acciones persecutorias”, con el fin de hacerles la vida imposible y/o inducirlos a alejarse.
Lo cual, a su vez, motivó contactos desde Balcarce 50 hacia la entidad ruralista a fin de interceder para vehiculizar esta salida del organismo encargado de proveer I+D a la producción criolla. Así, se infiere que la negativa de García Solá a esta mefistofélica maniobra fue una objeción que el Ejecutivo nacional no estaba dispuesta a consentir en su lucha contra la educación superior y la generación de conocimiento.
De hecho, a poco de cumplir 11 meses en la gestión la motosierra pasada por el CONICET fue del 30 % y las líneas centrales del Presupuesto 2025 presagian que el año próximo será aún más profunda. Por ello, el organismo encargado del fomento a la actividad de investigación tendrá el año que viene una menor cantidad de científicos que el año previo.
En su pieza epistolar dirigida a Nicolás Pino, titular de la SRA, García Solá ratificó su desmarque de todo “acto de persecución por ideas científicas, políticas o religiosas”, según publicó este viernesel diario Ámbito Financiero. Una baja que se adicionará a las anteriores de Alicia Caballero (dimitió a la Agencia I+D), Alejandro Cosentino (secretario de Ciencia y Tecnología) y Marisa Cassabella (Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica). Pero casi ninguna tan contundente como la conocida este viernes. 
NdR, 8 de noviembre de 2024.