#EsperanzaLoUltimo
F.P.
Si existe algo distintivo en el mileidismo, eso es el entusiasmo puesto en demostrarse y demostrar al grupo de poder que lo sustenta la posibilidad operativa de su cruento plan económico. Así, mientras se va ampliando la resolana de escepticismo respecto a la viabilidad de su proyecto financiero para el país, el rasgo pertinaz en el oficialismo parece no decaer.
La idea fuerza es aguantar los trapos por más que el equipo vaya para atrás, los pataduras sean mayoría en el equipo y ni siquiera con ayuda arbitral asome la perspectiva de conseguir un resultado decoroso. Este viernes, la economista Candelaria Botto resumió que “Kristalina le copio la moda a Elon de tuitear a favor del gobierno y no soltar un dólar”, advirtió en X en cuanto al cierre de la gira por Gringolandia desplegada por el ministro Luis Caputo.
Los tifossi de Balcarce 50 alegarán la proximidad de las presidenciales estadounidenses y el avance del trumpismo, con su prédica a lo Guillermo Seita de un país alambrado -dicho en clave impositiva- en la clausura de la era de globalización. Sin embargo, hasta no hace mucho la estampita de San Trump había sido la devota ilusión de la gestión libretaria.
En particular, por la inclinación a emular al macrismo -un genoma indisimulable- en la intentona por reeditar gestiones entre los pennsylvanios aquellos añorados créditos mega millonarios de fines de la década anterior. Si gana Trump, camina dos cuadras y media por avenida Pennsylvania (distancia entre Casa Blanca y la sede del FMI), habla con Kris o Gita y listo, simplifican a la vuelta del mandatario criollo refiriéndose a Georgieva y Gopinath, la dupla femenina al frente del organismo internacional.
Tal vez, semejante optimismo no sea equivalente entre guionistas gubernamentales como el asesor ´ad honorem´ Santiago Caputo, Mauricio Macri, Eduardo Elzstain [NdR: fatigante deudor del canon por Salta Forestal], José Luis Manzano o Eduardo Eurnekian. Las señales en el plano internacional aconsejan en tal sentido, tanto para el bloque EEUU-Eurozona como para el de los BRICS+.
En la potencia norteamericana, la posibilidad de un triunfo republicano el próximo 5 de noviembre predispone hacia una administración centrada en el mercado interno, antes que las aspiraciones imperiales de antaño. Hete ahí el envión que aparenta haber tomado la candidatura de Trump, en particular por las proyecciones en Florida, Wisconsin y Pennsylvania que podrían resultarle favorables en los próximos 11 días.
La línea de acción que comparten los “pennsylvanios” es susceptible de emitir exclamaciones de simpatía frente a contertulios peculiares como es el caso actual (y los demás Jefes de Estado de derechas), y no mucho más. O sea, por más ofrendas emanadas del suelo o del subsuelo criollo, la meta es pedir siempre algo adicional aunque sea sin contraprestación alguna.
En tanto, desde la avenida Pennsylvania -Washington DC- las comandantas del Fondo Monetario Internacional no para de asombrarse al notar la “resiliencia” [NdR: neologismo adoptado por círculos financieros internacionales en su intento de referirse a poblaciones enteras sometidas a los peores ajustes] de la ciudadanía argentina. Lo mismo unas cuadras más allá, donde se ubica la Casa Blanca, cuyo próximo ocupante provea una sorpresa adicional. Tal vez opuesta a los anhelos de Casa Rosada.
NdR, 25 de octubre de 2024.