#NiConCuatroPorCuatro
F.P.
La entronización de la economía criolla en un contexto similar al de la Edad de Piedra es el rasgo distinguible a mitad de septiembre, más allá del estruendo lingüístico intentado por el mileidismo. Un ejemplo es lo que sucede con la alguna vez próspera automotriz Toyota, la que anuló el turno noche los días martes, el mañanero de los miércoles y habilitó retiros voluntarios, mientras no descarta volver a contar sólo con dos turnos por semana en su planta de Zárate.
En tiempos de Maricastaña, para lo cual es necesario remontarnos hasta diciembre de 2023, Toyota supo festejar la meta de haber fabricado dos millones de vehículos en esas instalaciones a la vera del Paraná y a 75 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. En gran medida, motorizada por el éxito de su modelo Hilux entre el papanataje vernáculo y regional.
La disposición de esta compañía automotriz se produce a contramano del anuncio oficial acerca de una rebaja en la alícuota del impuesto PAIS. Luego de haber catapultado este gravamen del 7,5 % al 17,5 % y el posterior regreso al 7,5 %, sus efectos sobre la estructura productiva se comprobaron devastadores. A lo mejor por ello Toyota adujo “inconvenientes en el flujo de abastecimiento de partes”, en la estremecedora comunicación a sus operarios.
Desde su radicación en Zárate en 1997, la compañía nipona había tenido un desempeño bastante sólido aún en medio de zarandeos en la economía argentina. Sin embargo, nada de lo anterior se emparda en dimensión a la situación enclenque que golpea hasta a las firmas de tal envergadura. Y esto sin contar lo lejos que pasará el cambio de riel hacia la electromovilidad, competencia que nuestro país mira a la distancia.
En su comunicación interna, dirigida a sus empleados, Toyota indicó estos “inconvenientes en el flujo de abastecimiento”, por lo cual canceló turnos los días martes (noche) y miércoles (matinal). Una carta que se distribuyó desde el pasado 10 de septiembre, según consignó el portal especializado Infogremiales.
Los entendidos en el rubro autopartista explicaron que dicho recurso equivale a titilares de luces amarillas y algunas ya coloradas. Es decir, las suspensiones de obreros en las líneas de fabricación en realidad equivalen a un obstáculo importante, pues afectan la constancia, factor clave en el segmento automotriz.
En medio de esta crisis, la compañía intentó atenuar el impacto del anuncio entre sus operarios por medio de otro compromiso a futuro (con lo que de manera tácita alude a la adversa actualidad). Así lo refirió en el apartado respecto a las “horas crédito”, variante de un bono destinado a mantener expectante a sus trabajadores, por si la situación general del país mejor algún día.
Aunque en paralelo, Toyota empezó una especie de sondeo con el fin de hacer operativo un plan de retiros voluntarios en los próximos días, en tanto la otra tanda podría darse hacia fines de este año. Para esto, ejecutivos de la firma contactaron a dirigentes del gremio de mecánicos (SMATA) y siderúrgicos (ASIMRA), bajo cuyos respectivos convenios colectivos de trabajo se rige hasta ahora el nexo entre empleado y empleador. Indicador de un porvenir nada auspicioso.
NdR, 15 de septiembre de2024.
