Con la luz de alarma encendida, la automotriz japonesa suspendió dos turnos de obreros en su planta de Zárate. Además, indujo a su personal hacia la ventanilla de los retiros voluntarios, mientras enfila hacia la reducción de sólo dos turnos en la semana. Un contraste evidente del retroceso en la economía criolla, reflejado en uno de los sectores más dinámicos de la producción.