#LoQueQuedoOroBlanco
La panacea publicitada para atraer beneficios y desarrollo para los salteños, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, puede terminar en una sucesión de ilusiones dilapidadas. Es que a pesar del desgañitado esfuerzo parlamentario local, las variables macro amenazan convertir en un anzuelo olvidado al RIGI, a ojos de las compañías más grandes del planeta en el sector minero.
De hecho, con o sin esta ofrenda de los legisladores gauchos las compañías ya afincadas en la región de la Puna salteña -en su mayoría en etapa de afincamiento- se han dedicado a prescindir, más que a contratar mano de obra local. En cuanto al devenir del personal, en la semana fue noticia policial por la red de trata de menores de edad en General Güemes, presuntamente para ´consumo´ de trabajadores asiáticos y curiosamente no abordado por autoridades jurisdiccionales.
Es probable que las mineras que están en arribo a fase de producción de litio sean las únicas que permanezcan con operaciones en el desierto andino, con o sin RIGI. Y así el vano esfuerzo de los parlamentarios vernáculos podría terminar naufragando contra un murallón inexpugnable: el precio internacional del oro blanco.
Con una cotización global de u$s 10.480 por estos días el litio se encuentra bastante lejos de los más de u$s 48.152 en que era valuado por cada tonelada un año atrás. Y ni hablar de los u$s 80.900 que llegó a plasmarse en las pizarras de bolsas mineras globales en aquella lejana época descollante: noviembre de 2022.
Del medio centenar de compañías con operaciones en diversos salares (principalmente Jujuy, Catamarca y Salta) solamente 4 proyectos atraviesan fase de producción y 6 se encuentran en construcción de establecimientos. El resto concluyó una etapa de especulación, con eso de esperar y ver, pero el resultado fue desolador cuando la tendencia de la cotización internacional del litio fue hacia abajo.
En general, esta variable se vio afectada por la mudanza en la producción de electromovilidad hacia las baterías de sodio, tras advertir la inestabilidad de las de litio al ser transportadas por gran extensión desde las fábricas hasta las terminales automovilísticas. Por ello, el declive en la venta de vehículos con baterías de litio desalentó parcialmente la producción de éstas como insumos de fabricación y eso se trasladó al segmento extractivo.Es decir, el de nuestro país entre tantos otros.
Al corriente de esta seguidilla de cachetazos, la inyección de optimismo no decayó al menos en el plano lingüístico. Para el ejecutivo Paul Graves (Arcadium Lithium), la situación irá mejorando de acá a diez años. Mientras, Fernando Zevallos Sulca (analista de CRU) consideró este lunes en Ámbito Financiero que las inversiones en el mercado criollo irán empardándole a las chilenas “siempre y cuando los proyectos actuales logren financiamiento”. Algo así como que los días con cielo despejado es más probable que brille el sol.
Con envión desde el Ejecutivo nacional y el Congreso, el RIGI prácticamente fue pensado para las colocaciones extranjeras en la extracción de litio. En tal contexto, ofrecieron desgravaciones y exenciones impositivas, aduaneras y cambiarias para fomentar la obtención del oro blanco andino. Sin embargo, 2024 atracó en estos puertos con demanda internacional en caída. Una tendencia que parecería indetenible.
De todo esto el shock en los proyectos hilvanados con vistas a un escenario con imágenes de magnates rebosantes de prosperidad y gobiernos locales recolectando virutas de estos beneficios. Más los planes con generación de puestos de trabajo, al parecer finalmente truncos. 
NdR, 30 de agosto de 2024.