#LoQueSeTraeEntreManos
M.R.
El destello refulgente de la sonrisa mileidiana se encuentra a la vista de todo prójimo demandando verla, pues los consultores y analistas de su entorno así lo sugieren. El escándalo Yáñez/Fernández, la nueva exhumación de los cuadernos del sargento Cente No, son asuntos que solazan al oficialismo. Excepto los números indicativos del hondísimo deterioro en las cuentas oficiales y el nivel de vida de la ciudadanía.
Aún con el potente envión del poder judicial y el tinglado de la prensa mileidifriendly, la disputa entre integrantes de la antigua pareja presidencial y los recauchutados escollos jurisdiccionales hacia CFK, lo micro y lo macro preocupan de manera peculiar. La nueva etapa del mega ajuste, implícita en el proyecto de Presupuesto 2025 a ingresar en Diputados antes del 15 de septiembre, presagia que la angustia de los empobrecidos continuará.
Por eso lo del ´todo bien menos la cuestión económica´ resume la actualidad en la que el oficialismo entrena boxeo con su propia sombra. El macrismo, el pichettismo, el ucerreísmo y ni qué decir del pejotismo, por ahora no asoman por el ring. Sin embargo, la platea puede impacientarse al ver solamente a un contendiente cuyas fintas y jab lanzados al vacío se adivinan como lo único de la cartelera.
Esto último emana de los recientes festejos por una inflación del 4% en el séptimo mes del año, un número que siembra más dudas sobre el INDEC y bastante elevado al tratarse de una economía en desbarranque. Incluso, con presagios nada halagüeños si se contrastan al calor de la inercia inflacionaria del 3,8 % marcado por el IPC Núcleo (idéntico al de junio y una décima por encima del de mayo) o el salto de 3,1 % de los precios mayoristas (del 2,7 % en junio). Y aún falta tijera para cortar en el último cuatrimestre del año.
La previsión de gastos e ingresos anticipada al final de la semana por el Ministerio de Economía ante un auditorio de empresarios está basado en pagos de deuda solventados con recortes aún más lacerantes de gastos e inversión estatal. O sea, un Presupuesto no tan cara de león, pero sí a cara de perro hacia millones de argentinos que ya le vienen ladrando a la luna.
Faltarían apenas unos detalles en este armado libretario, tales como calma social frente a las medidas perpetradas, el ingreso de divisas por el blanqueo fiscal o una inyección del FMI luego del día de San Trump. Pero en términos de números en rojo, tras bambalinas en medio del aparente jolgorio, las reservas podrían llegar a fin de año con u$s 10.000.000 o 15.000 millones: en terreno bajo alerta.
Por añadidura, con una catapulta a la cantidad de pobres e indigentes que aún pueblan nuestra nación, jubilados aún más pauperizados que en la actualidad y sectores juveniles e infantiles en situación ya desesperante. A lo que podría agregarse un casi seguro descogotamiento en la actividad industrial, junto a un desempleo elevado a niveles pocas veces visto. 
Foto: Seven (1995, David Fincher). 
NdR, 18 de agosto de 2024.