#Omnibusloquesetrae
F.P.
La exageración de investigar hasta en el aparato digestivo de los caimanes en busca de pistas acerca de Loan puso un manto encima de la trifecta parlamentaria ofrendada por el saenzismo en la aprobación de la Ley Ómnibus. Claro que un misterio equivalente al del desaparecido niño correntino es el que recubre el contenido de la norma sancionada esta madrugada en Cámara baja nacional. Incluso para los tres legisladores enlistados en el oficialismo salteño.
En medio de todo esto de la panza de los yacarés y el debate en Diputados, la abarrotada cárcel federal de General Güemes tendió alfombra para alojar a 5 de los imputados en la causa que indaga respecto al pibito correntino. Por lo cual, en contraste con la falta de argumentos por parte de Pamela Calletti, Yolanda Vega y Pablo Outes -trío parlamentario saenziano-, seguramente aparecerán expertos locales en diversas disciplinas dictando cátedra sobre cómo resolver el intríngulis correntino.
De hecho, Salta tiene un extenso historial, no en la resolución, pero sí en cuestión de misterios. Los ejemplos a mano son los casos de los cinco disparos a quemarropa que segaron la vida del puntero político Darío Monge, la decapitación del puestero Pedro Almaraz (caso que contabiliza también la fuga de su verdugo), los asesinatos de las francesas Cassandre Bouvier y Houria Mounmi, los de las adolescentes Luján Peñalva y Yanina Nuesch, y el brutal crimen del sacerdote Ernesto Martearena.
Con lo cual despanzurrar yacarés, pumas, pomberos, Hucumares, Familiares y duendes parece no haber rendido por estos distritos, a juzgar por los macilentos resultados. Igualmente, nadie expresará quejumbre ante los teóricos locales que intentan catequizar sobre recetarios que diluciden tales intríngulis. Acá, una conferencia no se le niega a nadie.
A esta altura de los acontecimientos, cabe empardar el misterio del caso Loan, al igual que el traslado a suelo gaucho de media decena de sospechosos, con el de los tres diputados nacionales saenzianos que acaban de votar la Ley Ómnibus. Si hablamos de desapariciones, en cuanto al texto parlamentario involucra la de los derechos laborales, la industria pequeña y mediana, la de empresas estatales (trenes, agua y generación de energía) y todo anhelo de progreso económico, ya fuere micro o macro.
Aunque en los casos de Calletti, Vega y Outes posiblemente no se encuentren fundamentos, pretextos o excusas capaces de hilvanar explicación alguna. El oficialismo gaucho había anticipado su determinación de facilitar “herramientas” al mileidismo, a fin de continuar con la misión para la disección, no de yacarés correntinos, sino del bolsillo de connacionales.
Los estruendos de palabras solamente sirven para la distracción momentánea o alguna pausa hasta volver las miradas sobre la dura realidad. Los tifossi de la Ley Ómnibus anticiparon el fin del misterio o el final de la agonía, antesala de la Argentina que vendrá. La cual no necesariamente despertará sonrisas en todos los sectores sociales.
O bien pueden ser caimanes producto de la imaginación como en la loquísima película “Bad lieutenant”, en la que Nicolas Cage protagoniza a un policía corrupto de Nueva Orleans. Se verá en los próximos días cuál de todas estas posibilidades se encarna en nuestro día a día, lo mismo que en el calendario del gobierno.
NdR, 28 de junio de 2024.
