#Aquellosmarinerosbengalies #Loshinchasmenospensados
La madrugada llegó a la capital del país con la gente negándose a dejar las calles hasta los primeros rayos del alba. Hablamos del jueves 1 de diciembre y de los ruidosos festejos que explotaron, luego del gol de Alexis McAllister que refutó las presunciones de un guardameta polaco, hasta ahí imbatible. 
Pasadas las 3 de la mañana en Dacca, los tifossi más fieles al conjunto albiceleste –fuera de nuestro país- volvieron a mostrarse como tal los amigos de Bangladesh. Un estallido de algarabía floreó los cánticos, luego de la pelota –algo mordida- que se hundió luego de tocar el poste derecho del arco polaco, en la apertura del marcador.
Son unos 3951 los kilómetros que separan a Qatar de Bangladesh, hacia donde la atención por las coberturas periodísticas se desplazó en busca del fervor por la Selección capitaneada por Lionel Messi. Claro, lo que trasciende las fronteras de la República Argentina y se convierte en una de las notas más curiosas de estos días.
Seguramente los vecinos de la capital bengalí volverán a rugir el próximo sábado, cuando al seleccionado argentino le toque enfrentarse a su par australiana, en busca de un lugar en los cuartos de finales. El equipo que tiene como DT a Lionel Scaloni parece haber asimilado bien la lección que fue el primer partido, aquel 2-1 con Arabia Saudita.
La parada de este miércoles no fue tan peliaguda, excepto por el siempre movedizo Robert Lewandoski, el portero Wojciech Szczęsny o el inmenso defensor Kamil Glik, o tal vez el equipo criollo encendió la mecha que lo devolvió a su mejor desempeño. El sábado, ahí estarán en Buenos Aires, La Quiaca, Santa Victoria Este, Clodomira, o bien en Dacca, a la espera de las primeras jugadas del match por un lugar entre los mejores del mundo.
NdR, 30 de noviembre de 2022.