El extraño caso del soldado Gómez

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El extraño caso del soldado Gómez
El extraño caso del soldado Gómez

Ni siquiera con la espuma de la sidra, tampoco con el silencio, logra despejar las sospechas sobre el soldado muerto en la Quinta de Olivos. Motivación dudosa, mecánica de un suicidio poco verosímil, es lo que rodea al caso Gómez. Todo se da en un clima de mutismo que recorre al oficialismo violeta.


#MuerteCustodioMilitar

M.R.

Los familiares del soldado muerto el martes pasado en Olivos estarán desandando los 1.100 kilómetros que tuvieron que recorrer en auto, desde Misiones a Buenos Aires. Para ellos no hubo ´aéreo´, como hasta ahora tampoco hubo explicación sobre el escándalo del conscripto asignado a la custodia presidencial, cuyo deceso catapultó montañas de dudas.

Solamente de manera extraoficial, se divulgó en medios metropolitanos que Rodrigo Gómez -nombre el uniformado fallecido ayer- estaba atribulado por deudas. Aunque todavía falta establecer o descartar, más allá de toda duda razonable, el mecanismo con el cual el joven de 21 años se habría quitado la vida.

En principio, el Fusil de Asalto Liviano (arma asignada a los militares argentinos) no asoma como la herramienta más apta para dicha acción. En vistas de sus dimensiones y el diseño del FAL como arma para disparos a una considerable distancia, no pareciera el mecanismo óptimo para que alguien se dispare a sí mismo.

Después, está la determinación de la hora exacta en que se habría producido la muerte de Gómez, extraoficialmente entre las 5 AM y las 5:30 horas. Al tratarse de un arma de combate de grandes dimensiones, aparece muy poco creíble que nadie en la Quinta Presidencial haya escuchado la detonación fatal.

De arranque, la investigación judicial debiera precisar quiénes estuvieron el lunes por la noche y/o el martes por la mañana en Olivos. Nombre por nombre. Además, la nómina de los visitantes a la Residencia presidencial en las jornadas anteriores en que Gómez estuvo ahí, de guardia.

Otro elemento a tener en cuenta es la pausa en la locuacidad comunicativa del Ejecutivo nacional, con el agravante que en este caso y en vistas de su gravedad está obligado a informar. Resulta evidente la orden de mantener silencio al respecto, hasta tanto acometa en este asunto otro de los poderes que atraviesa un pozo de credibilidad: el Judicial.

Por lo pronto, esto será materia que quedará a cargo de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la jurisdicción San Isidro. La magistrado ya dio intervención a fuerzas federales, a quienes dejó a cargo de los peritajes y la determinación de las circunstancias del fallecimiento del soldado.

Desde la División de Análisis lanzaron la hipótesis que 5 y 5.30 de la madrugada del martes Gómez se habría disparada con un arma larga FAL (el que fue encontrado a su lado) en la cabeza. Ante la falta del soldado a la orden de reportarse, un compañero se acercó a ver qué sucedía con Gómez, cuando lo vio sin vida y con un disparo en la cabeza en el puesto asignado.

Esta conjetura fue refrendada por los custodios de la Quinta de Olivos, por el jefe de la seguridad residencial y por la Delegación Unidad Operativa Federal de San Isidro, dependiente de la Policía Federal. Frente al hallazgo del cuerpo, se siguieron los procedimientos de rigor y el personal de servicios médicos de emergencias presente en el lugar constató su fallecimiento.

Nacido en Misiones, Gómez revistaba en el Escuadrón Chacabuco del Regimiento de Granaderos a Caballo. La autopsia de su cuerpo será realizada en la Morgue Judicial de la Ciudad de Buenos Aires. En tanto, también se esperan los resultados del peritaje que lleva adelante la Unidad de Búsqueda de Evidencias de la Policía Federal.


NdR, 17 de diciembre de 2025.

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