Entre las brumas de las coimas en ANDis

- ESTRADOS

Entre las brumas de las coimas en ANDis
Entre las brumas de las coimas en ANDis

Hay mucho más detrás del festival de Lamborghini, los dólares incautados a los Calvete y su pasado carapintada. Es que la investigación del caso por sobreprecios y coimas en ANDis abrió la compuerta a los verdaderos sótanos de la democracia. El ambiente de ex militares, expertos en explosivos, mitómanos, informantes y rateros de todo nivel. Lo evaluamos a continuación.


#CarapintadasEnLaMira

F.P.

El entramado que contextualiza el mega escándalo de sobreprecios y coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad tiene como punta del ovillo a Miguel Calvete, pieza por fuera de borda aunque fuertemente conectada al caso. Y también a la parte más oscura de nuestra historia reciente, susceptible de rastrearse hasta un poco antes de la explosión y el posterior encubrimiento del atentado a la AMIA.

Sucede que mucho antes que Miguel Calvete se desempeñara como jefe de campaña de Alejandro Finocchiaro (actual diputado nacional), eventual proxeneta y directivo de Supermercadistas chinos tuvo un pasado carapintada. Según el abogado y periodista Horacio Lutzky, las pistas ANDis & Calvete serían una derivación del “encubrimiento de la causa AMIA (que) es el huevo de la serpiente”.

El hombre de la Lambo Temerario -automóvil de lujo valuado en u$s 400.000- a lo mejor deba esperar un tiempo más para ver cumplida la promesa de su hija. Es que Ornella Calvete, ex Directora de Desarrollo Regional del Ministerio de Economía nacional, terminó renunciando al cargo estatal y muy complicada en la causa “Discapacidad” (el fiscal Franco Picardi le halló billetes por u$s 700.000 en uno de sus departamentos porteños).

Poco deja para debatir la consideración de Ornella sobre su padre, a quien definió como una persona “muy turbia”. De hecho, su progenitor se encuentra cumpliendo penalidad -ordenada judicialmente- por sus fuertes vínculos comprobados con el cobro de una suerte de peajes para ejercer la prostitución.

Sin embargo, ni de lejos es lo más oscuro que se puede evaluar en la hoja de ruta de Miguel Calvete, si nos remontamos a unos 35 o 40 años atrás en el intento de analizar sus nexos con el mundo de los “fierros” del MODIN. Formado en la década del 90, luego de intentos de golpe de Estado militares durante la presidencia de Raúl Alfonsín (cuyo fin era frenar causas de lesa humanidad), el partido liderado por el ex militar Aldo Rico tuvo en su plana mayor a ex militares “carapintada” y adherentes de ultraderecha.

Entre ellos, a Miguel Calvete como uno de los más fervientes desde la faz civil o de la rama de los inorgánicos. De acuerdo a lo relatado por Lutzky, minutos “antes del atentado a la AMIA se juntó a dos cuadras de allí con tres ´carapintadas´”. Uno de ellos haría historia posteriormente en una causa tan o más nebulosa que la de la voladura de la mutual israelita.

Siguiendo lo publicado este miércoles por Lutzky, la mesa de Calvete era compartida con un “ex militar experto en explosivos, oferente de armas y visitante de la embajada de Irán Jorge Pacífico, y el militante del ultraderechista Modin Miguel Burgos, quien estacionó sobre la calle Pasteur una falsa ambulancia a 200 metros de la AMIA antes de la explosión” [NdR: en la recopilación hecha por él se descartó la actividad de un coche bomba, se consignaron dos explosiones y se puntualizó el sobrevuelo de un helicóptero el día previo al atentado en calle Pasteur 633].

Aquella falsa ambulancia rememorada en este informe, Burgos adujo su utilización para el traslado de personas lisiadas. En lo que tal vez sería un incipiente interés, por parte de los cafeteros de calle Pasteur hacia las personas con discapacidad o bien acerca de los fondos que les asignan para sobreponerse a ella.

De hecho, José Orlando Pacífico reapareció, décadas más tarde, en otro café céntrico. Cerca de Plaza Lavalle el ex carapintada utilizó como ´oficina´ el bar Tribunales Plaza -Talcahuano y Tucumán- por alrededor de 12 o 13 años, según le dijo en marzo de 2012 al periodista Hugo Alconada Mon. Es decir, esta locación databa del 91 y 92 donde atendía el ex MODIN, dos o tres años antes del atentado a la mutual israelita. En abril del año anterior adujo haber escuchado una conversación en una mesa vecina, en la que se involucraba al entonces Vicepresidente Amado Boudou y se presentó ante la justicia a denunciar.

A pesar de lo enclenque en términos de fundamento, este cotilleo de café recogido por una fuente de dudosa credibilidad como Pacífico sirvió de génesis a la causa Ciccone. “Vio quiénes estaban en esa mesa?”, preguntó al carapintada el periodista del diario La Nación. “No, yo estaba de espaldas y no podía darme vuelta”, se escudó el ex militar y entrenador de Gendarmería y Policía Federal.

Otro dato curioso sobre el amigo de Calvete -Pacífico- es su posterior presencia en los escombros dejados en calle Pasteur al 600 por la onda expansiva de dos explosiones. Unos cuantos minutos después del hecho que dejó 85 muertos aquel 19 de julio de 1994. Una expertise en explosivos que curiosamente no fue aprovechada en la posterior investigación judicial del atentado.

A lo que se suma otro dato singular en la hoja de ruta de J.O. Pacífico. En sus años mozos compartió capacitación con un compañero de armas igualmente temerario y bastante dado a las narraciones. Se trata del sargento 1º Oscar Centeno, el mismo que se autoadjudicaría el rol de autor de los “cuadernos de la corrupción” quemados en una parrilla, luego fotocopiados, facsímiles luego tachados, corregidos y reescritos a cuatro manos. No necesariamente en este orden.

En medio del shock por las pruebas de sobreprecios y coimas millonarias en ANDis, Lutzky comparó al rememorar que “las explicaciones de la cercanía del grupo a la AMIA fueron inverosímiles, pero todo quedó en la nada”. Calvete, Burgos y Pacífico, el último de los mencionados eventual compinche de Centeno. “El encubrimiento de la causa AMIA es el huevo de la serpiente”, concluyó el periodista de investigación, autor del libro “Iosi, el espía arrepentido”, junto a Miryam Lewin. 


NdR, 20 de noviembre de 2025.

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