Lo oficial y su estética retro 80’

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Lo oficial y su estética retro 80’
Lo oficial y su estética retro 80’

El cotilleo desencadenado tras la cumbre Milei-Yuyito González no cesa, lo cual tiene su explicación. En gran medida, por la simple razón que la estética en retrospectiva hacia los 80 es la que solaza al mandatario nacional y a la vez entretiene a la platea. Dos sectores contentos, aunque no por mucho tiempo si recordamos el epílogo de aquella Argentina del destape y soñadora.


#Aquellosañoslocos

Equipo NdR.

El armado hecho por el establishment de la burbuja retro ochentera en la que desarrolla sus días el presidente Javier Milei tiene su razón de ser. La muestra es la ofrecida este miércoles con el cotilleo de lo que fue la última velada presidencial, junto a la conductora y ex vedette Amalia “Yuyito” González.

Aunque el fondo musical fue la ópera “Carmen”, de Georges Bizet, y no el fragmento “Figaro”, de Gioachino Rossini, como en la apertura del sketch La Peluquería de Don Mateo. De todas maneras, la satisfacción enteramente personal del Jefe de Estado parece ser la meta perseguida en cada una de estas canonjías en retrospectiva.

Los anhelos juveniles de tener cerca a figuras del show bussines criollo, como la aún atractiva Amalia González o -antes- la cantante Daniela Mori, ex integrante del conjunto tropical Las Primas, completan la escena. Lo que sea necesario para predisponer a favor al morador principal de Casa Rosada, desde el punto de vista de los intereses corporativos que sponsorean al gobierno.

Qué habrá sido de la vida de Patricia Dal, Susana Traverso, Adriana Brodsky, Susana Romero, Sandra Miguez o Sandra Villarroel? A lo mejor, sería la pregunta que nos surge al escudriñar este flashback en el que se regodea Milei, en esta rienda suelta a su gomería mental de aquellos años juveniles.

Si hasta podrían reflotar para JM viejos acordes de aquel pop livianísimo, interpretado por aquel grupo de utilería denominado ´La barra de la coneja´, en realidad articulado a partir de la creatividad de los compositores Fredy Noceti y Cacho Vilar. Y eso que aún nadie aclaró -para refutar o certificar- si la dupla romántica de la víspera consumió algunos tragos de Cocucha Efervescente, en medio de los cuatro actos de “Carmen”.

Es que, por lo general, tienden a darse para difusión fines más altruistas como la construcción del país hospitalario para siguientes generaciones de connacionales, terminación de centenares de escuelas o redistribución equitativa del PIB. En contraposición a un segundo plano al que suelen resignarse anhelos de mocedad algo más individuales, pero que igualmente guían sueños adolescentes de presidir un país, sólo para mantener contacto directo con figuras mediáticas o conducir automóviles de series televisivas (o películas cinematográficas).

De hecho, parece ser ésta la meta de la comunicación oficial. Casi enteramente dedicada a conectar con la estética retro, en particular la de los 80, en la que ciertos estudios sociológicos suelen ubicar a las diversas franjas etarias de 40 y pico/50, además de una importante fracción de jóvenes con cierto interés por épocas de tíos y padres.

A falta de resultados económicos en los días actuales, como entretenimiento o distracción del momento, tal dirección retrospectiva parece andar. Sin embargo, cabe recordar que la nostalgia por “Calabromas”, “No toca botón” o “La Peluquería de Don Mateo” sólo fueron instantes. Una sonrisa, antes de los maremotos que atravesó el país una vez transcurrida la segunda mitad de aquella década. Y luego, mejor ni recordar.

Los que acompañaron el reinicio de la Democracia fueron años de muchos anhelos, planes personales y colectivos, destape sexual, apertura al debate y libertad creativa, sin lugar a dudas. A cuatro décadas de distancia y desde un punto de vista a cierta distancia ideológica, el cónclave Milei-Yuyito González intenta plantear similitudes con la primera mitad de los 80. Pero se sabe: parecido no es igual, ni da lo mismo. 


NdR, 24 de julio de 2024.

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