De la casa: sólo la ilusión

- SOCIEDAD

De la casa: sólo la ilusión
De la casa: sólo la ilusión

Las advertencias ya empezaron a circular en torno a la línea de créditos hipotecarios, a través de bancos oficiales y privados. Si bien la experiencia comparada sugiere remitirnos a la crisis estadounidense con las subprime de 2008. Y sobre todo el paisaje social que dejó en Gringolandia, cuestión de no replicarlo en suelo criollo.


#Ojoconloscreditos

Las amarras anudadas por el Ministerio de Economía en el segmento de los dólares financieros -blue, MEP y CCL- pueden decodificarse de forma ambivalente si a la par de esto se percibe el océano agitado en estas costas. Y si se lo proyecta en relación a los nuevos créditos hipotecarios cualquier envión a la inflación como el de la banda cambiaria impactará en los pagos del capital prestado calculados de acuerdo al ritmo en que evoluciona el Índice de Precios al Consumidor (Unidad de Valor Adquisitivo) más un 8,5 % adicional.

En dicho escenario, las previsiones especializadas oscilan entre un mapa similar al que prosiguió al crack de las subprimes estadounidenses en 2008. No tanto para los actores del sistema financiero -tienen garantizada sus ganancias por el Estado nacional- sino para los supuestos beneficiarios de estos programas crediticios.

En suelo gringo, los efectos de esta crisis por transacciones desaforadas con títulos hipotecarios sumió al sistema financiero en una inmensa crisis, con quiebras de bancos mayoristas, sociedades bursátiles e intervención para sostener a los restantes por medio de aportes estatales. Además, dejó a millones de estadounidenses -principalmente de clase media y media baja- con la ilusión de la vivienda inconclusa y deudas impagables. 

Un pantallazo del efecto devastador, en términos sociales y económicos, que tuvo esta crisis detonada en 2008 es lo que retratan películas como “Nomadland” (Oscar 2021) y “Killing them softly” (dirigida por Andrew Dominik, 2012). Es decir, el bajo  mundo en que se mueven los respectivos personajes en ambos filmes y la pauperización para millones de estadounidenses, similar a la población total de nuestro país [NdR: Ver también “Hell or high wáter”, David Mckenzie, 2016]. 

Para los millones de prójimos ensartados con este tipo de créditos para compra de vivienda, el cual tenía un rango de alto riesgo para su cancelación y tasas de interés impagables, un sistema como el prefigurado por el mileidismo es motivo de reserva. Principalmente, en cuanto a la recomendación para tomar este crédito hipotecario o no a sabiendas que la ilusión de la casa propia tal vez no sobrepasará esta catadura.

Y esto último, sea cual sea el epílogo en cada caso particular en función de la experiencia comparada. En tanto, para los bancos la ganancia está asegurada independientemente que sus clientes disfruten de la sensación de alcanzar tal sueño hasta casi convertirlo en realidad. Si bien puede ser solamente por un tiempo breve, hasta la ejecución de tal garantía y el paisaje superpoblado con casas rodantes.

Se adivina desde NdR, los teóricos del entrepeneurismo entonces podrán argumentar  que esta variación refleja un estilo de vida típico del aventurero, quien no se conforma con un trabajo fijo y sale a buscar nuevas posibilidades por todo el país. Con la  posibilidad de disfrutar en diversas jornadas de la fauna, la flora y el aire libre. Con total libertad, aprovechando toilettes de estaciones de servicio y el trabajo rodante. O bien cualquier otra invención lingüística, al estilo de “resiliencia” u otro vocablo con intención de romantizar la miseria.  

Crédito Fotográfico: La Nación.

NdR, 27 de mayo de 2024.      

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