#WhiteVsTrump
M.R.
El perfil declaradamente mersa que intenta imprimirle la gestión trumposa a Estados Unidos calza en la frase de Marx que “una sociedad fundada sobre la miseria suele asignar condición de indispensable a productos miserables”. En estas coordenadas se inscribe la discusión a grito pelado entre el guitarrista Jack White y el presidente Donald Trump.
El músico, creador de White Stripes (y del monumental riff en “Seven Nation Army”) y compinche de leyendas como Jimy Page o The Edge, no ahorra adjetivos que resumen su desprecio por el actual mandatario. El último, al considerar un mix entre lo “vulgar” y lo “repugnante” el sentido estético de la redecoración de la Casa Blanca, dispuesta por Trump.
Considerado el impulsor de la última revuelta musical del rock, White debe haber calculado la posibilidad que la gestión trumposa saliera con algún insulto en su contra. Otra cuestión muy diferente es que tal réplica le interese un pepino.
De hecho, este fin de semana la Casa Blanca extendió un anzuelo al designar a Steven Cheung a cargo de esta tarea. A partir de su perfil antropomórfico, el vocero trumposo efectuó la siguiente deposición: “Jack White es un fracasado, un perdedor acabado que publica tonterías en las redes sociales porque claramente tiene mucho tiempo libre debido a su carrera estancada”.
En la semana, el Jefe de Estado se mostró irascible cuando en rueda de prensa le preguntó sobre la investigación del caso Epstein, el empresario suicidado 6 años atrás mientras se investigaba una red de trata de menores de edad en la que Trump aparentemente era uno de los que la utilizaba. En sus escritos en vida, Epstein aseguró que Trump "sabía sobre las chicas" y mantuvo encuentros con algunas en la residencia que a tal fin poseía el financista en la isla Pequeña Saint James, según reveló esta semana el bloque de congresistas demócratas.
Luego del mal rato con este reportero, la administración trumposa decidió optar por el silencio. De ahí, la irrupción del portavoz con este ataque al rockero que cuenta con un extendido respeto de sus colegas en el mundo musical, algunos mayores de edad y verdaderas leyendas del rock.
Por lo cual, infructuosamente Cheung lanzó la pretensión sobre White como un imitador de “un verdadero artista”. Esto, luego que el guitarrista cuestionase el proceso de mersificación de la Casa Blanca, lo que para el vocero equivale a “no apreciar” algo como el “esplendor y la importancia del Despacho Oval dentro de 'La Casa del Pueblo'”.
Ante lo cual, Jack White contraatacó recordando que “soy artista, no político, así que no tengo por qué dar mi opinión sobre nada si no me siento inspirado o impulsado a hacerlo.”. Aunque señaló como un dato “curioso que no haya sido yo quien denunciara la flagrante manipulación fascista del gobierno por parte de Trump, sus tácticas represivas del ICE, sus comentarios racistas sobre latinos, nativos americanos, etc., la ridícula construcción de su `muro´”, gatilló en una carta abierta.
A lo que agregó, siempre en alusión a Trump por “sus ataques contra las personas con discapacidad, su intento de golpe de Estado, la insurrección de la turba y la destrucción de las sagradas salas del Congreso, sus comentarios sexistas y pedófilos despectivos sobre las mujeres, sus evidentes intentos de distracción sobre su estrecha amistad con Jeffrey Epstein y su inclusión en los archivos Epstein, su ignorancia sobre los niños que mueren en Sudán, Gaza y la República Democrática del Congo, su falta de empatía hacia los veteranos militares y quienes luchan contra la pobreza, sus intentos de desmantelar el sistema de salud, su evidente y patética sumisión a los dictadores Putin y Kim Jong-un, sus mítines de corte nazi, sus intentos de vender mercancía y productos como frijoles Goya a través de la oficina del presidente”.
Además, cuestionó aquel “falso ´disparo en la oreja` del que no mostró ningún informe médico ni fotografías, sus constantes, constantes, constantes mentiras al pueblo estadounidense, etc., etc., etc.”
A lo que White agregó no haber sido quien “criticó nada de eso, fueron mis malditos comentarios sobre la DECORACIÓN DEL DESPACHO OVAL los que provocaron sus insultos", continuó. "¿Hasta qué punto puede ser mezquina, patética y susceptible esta administración? ¿'Disfrazándose de verdadero artista'? ¡Gracias por el grabado para mi lápida! Pues bien, esta es mi opinión: Trump se hace pasar por un ser humano".
En su contra réplica, el músico cuestionó como simples “aduladores mentirosos” a Steven Cheung y Karoline Leavitt, en su intento de disfrazar “su fascismo de patriotismo, fomentando el odio y la división en este país a diario", continuó White. "¿Y yo tengo 'mucho tiempo libre'? Ese estafador naranja ha gastado más dinero de los contribuyentes haciendo trampas en el golf que ayudando a NADIE en el país. Mejoren. Lo que sea. Con él no hay progreso, solo humo y espejos y exenciones fiscales para los ultrarricos".
Tampoco se privó de la acometida de gronchaje con eso del Make America Great Again, a quienes irónicamente instó a disfrutar “de su pavimento de hormigón sobre el jardín de rosas, de su salón de baile de 200 millones de dólares en la Casa Blanca y de sus horteras baratijas doradas pintadas con aerosol de Home Depot, porque él no va a gastar ni un céntimo en ayudarlos a menos que encajen en su agenda supremacista blanca de ricos idiotas del club de campo",
En su diatriba, White cuestionó al sistema bipartidista que posibilitó el nuevo ascenso de “este estafador”. Pues, sentenció que “ninguna persona inteligente puede defender a este fascista despreciable. Este arruinador de casinos. Este fracasado vendedor de filetes Trump, vodka Trump, agua Trump, etc.”
De la fina pluma de Jack no se salvó nadie. Pues Trump “y su pandilla de matones han ascendido a base de fracasos durante décadas, estafando al pueblo estadounidense una y otra vez”, A lo que añadió que “este tramposo del golf profesional, este timador que tiene en sus manos cientos de miles de muertes por su inacción ante la pandemia, este hombre al que la mayoría del país, de alguna manera, fue engañada para apoyar y elegir (a través del defectuoso sistema del colegio electoral) y su amor por la realidad estrellas de la televisión".
En general, el guitarrista consideró que “la mismísima Casa Blanca, dirigida por este estafador, me insulte es para mí un honor, porque cualquiera a quien Trump apoye y aprecie es un villano que no aporta nada a sus semejantes, solo toma lo que le beneficia”.
Finalmente, negó su pertenencia a la oposición (demócrata) y, en cambio, se describió como “un ser humano criado en Detroit, soy un artista que ha tenido sus propios negocios, como su propia tapicería y sello discográfico, desde que tenía 21 años, y que tiene suficiente sentido común en la calle para saber cuándo un timador de tres cartas es un estafador barato y un ladrón".
De aquellos años, White recordó su crianza sobre “la convicción de que derrotamos al fascismo en la Segunda Guerra Mundial y que jamás lo permitiríamos de nuevo en el mundo”. Sin embargo, “en lo que respecta a este hombre y a su gobierno, no voy a ser como esa minoría silenciosa de la Alemania de los años treinta. Este hombre representa un peligro no solo para Estados Unidos, sino para el mundo entero, y no exagero está desmantelando la democracia y poniendo en peligro al planeta a diario, y todos lo sabemos”, ametralló. Sin dejar casi nada en pie. 
NdR, 15 de noviembre de 2025.