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El Viejo continente es la vidriera en la que se puede vislumbrar, a finales de noviembre, el riesgo del rebrote de coronavirus. En medio de esta nueva ola, en los próximos días llegará con mayor crudeza una temporada de temperaturas bajas por el invierno en el hemisferio norte, lo que podría agravar el panorama.
Un indicador preocupante es que un 69,9 % de la población de la región fue inoculada al menos una dosis, un porcentaje considerado insuficiente para combatir el aumento de casos. A su vez, la suba de casos registrada en las últimas semanas determinó que varios países restablecieran medidas de confinamiento, pese a las protestas de vecinos en las calles de diversas ciudades de la Unión Europea.
El fin de semana pasado, el director de la Organización Mundial de la Salud para Europa, Hans Kluge, alertó que entre 500.000 y 700.000 muertos podría dejar esta nueva ola en el continente, hacia marzo de 2022. En tanto, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades contabiliza desde el 14 de noviembre hasta el 21 de noviembre 1.722.190 nuevos casos de covid-19 y 12.719 muertes por la enfermedad en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo.
A su vez que 316.713.587 personas (esto es, el 69,9 % de la población de la región) recibieron al menos una dosis de las vacunas contra la COVID-19. Datos estadísticos que se consideraron insuficientes en materia de cantidad de población inmunizada y llevó a endurecer las medidas sanitarias en un intento de frenar el aumento de contagios.
De tal manera, Austria dispuso el pasado 19 de noviembre un nuevo confinamiento que entró en vigor el lunes 22 y se extenderá por 20 días. En una medida paralela, el país introdujo la vacunación obligatoria para toda la población a partir del próximo 1 de febrero. Hasta la fecha, el 64,4 % de los austríacos se inoculó con la pauta completa.
Mientras que en República Checa y Eslovaquia, los respectivos gobiernos prohibieron a las personas no vacunadas acudir a eventos públicos y espacios cerrados como hoteles y bares. El primer ministro eslovaco, Eduard Heger, admitió que este país no descarta seguir el ejemplo de Austria y está evaluando introducir un confinamiento de unas tres semanas, le dijo a la agencia Reuters.
En el corazón de la zona euro, Bélgica endureció las restricciones introduciendo el pasado miércoles un régimen de teletrabajo obligatorio al menos 4 días a la semana, junto con la obligatoriedad en la utilización de barbijos y/o mascarillas en todos los espacios cerrados.
Por su lado, una vuelta a las restricciones igualmente determinó el gobierno de Países Bajos, la que incluyó cierre parcial y prohibición de espectáculos con fuegos artificiales en Nochevieja y la implantación de la llamada política 2G, que permite acudir a distintos lugares públicos solo a las personas vacunadas o recuperadas del coronavirus. 
Con un 68,7 % de la población de la ex Holanda vacunada con al menos una dosis, el sistema de salud neerlandés se vio obligado a retrasar operaciones de pacientes de cáncer y corazón para liberar espacio en las unidades de cuidados intensivos con lo cual asistir a enfermos por la nueva ola de pandemia. Entre otros países que apoyaron el uso del pase sanitario se encuentran también Dinamarca y Noruega.
En Francia, las autoridades consideraron que el alto porcentaje de vacunados resguardó hasta el momento de una afluencia masiva de pacientes a los hospitales. Sin embargo, el vocero gubernamental, Gabriel Attal, admitió que esta situación sanitaria a la que asiste esta nación este fin de año “comenzó como un rayo”.
Por lejos, el mayor compromiso con tal situación se situó en Alemania, el país que esta semana marcó un récord con más de 65.000 casos diarios el pasado 18 de noviembre y reportó 45.326 contagios y 309 muertes por coronavirus en los últimos días. De acuerdo a datos de la OMS como del gobierno teutón, las cifras de vacunados quedaron en  67,5 % de la población que recibió al menos una dosis.
Dada la situación, Berlín acordó introducir las políticas de 2G y 2G + (que, aparte del certificado de vacunación o recuperación, también requerirá una prueba negativa de covid-19 para acudir a bares o eventos) cuando las tasas de hospitalización superen el umbral fijado por las autoridades sanitarias del país.
En paralelo, el ministro de Salud germano, Jens Spahn, instó a la población a vacunarse afirmando que “casi todos en Alemania estarán vacunados, curados o muertos” cuando finalice el invierno.
El bajo porcentaje de inmunizados que registran Alemania, Austria y Suiza (67,05 % con una dosis, cuanto menos) en comparación con otros países europeos llevaron a varios medios a vincular este hecho con el escepticismo hacia las vacunas característico de la antroposofía, filosofía fundada por Rudolf Steiner que propugna que las enfermedades deben ser superadas de una forma natural, puntualizó la agencia AFP.
NdR, 24 de noviembre de 2021.