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El secretario general de la CGT salteña, Carlos Rodas, exhortó a que el Ejecutivo provincial vuelva a contar con una cartera laboral y que ésta tenga a cargo a un representante del sector obrero. “Queremos que el Ministerio de Trabajo se vuelva a crear y sea dirigido por trabajadores”, postuló el representante de esta central, ungido el fin de semana pasado en tal cargo en un acto desarrollado en el local de UTHGRA.
La asunción de un dirigente como Rodas -proveniente del gremio de los empleados bancarios- se produjo en medio de un gran movimiento de placas tectónicas, tanto en el plano nacional como a nivel local. Cabe indicar el recambio esperado en el plano nacional de la mano de Sergio Palazzo, quien al frente de La Bancaria consiguió una actualización del 60 % para este año [NdR: al que las entidades financieras asumieron como cobertura un brutal incremento en las comisiones a cobrar a sus clientes].  
Rodas planteó la necesidad de accionar “por los cambios necesarios”. Entre ellos, ejemplificó “el Código de Procedimiento Laboral es el más importante, porque no nos podemos regir por un Código hecho durante el proceso militar con 40 años de antigüedad”, dijo el viernes por la noche. 
Hasta el pasado fin de semana, el dirigente sindical cumplía el rol de interventor de la Confederación General del Trabajo, seccional Salta. A partir de ahora, Rodas continuará como representante legítimo de la central obrera por la votación unánime del Consejo Directivo. El acto contó con el respaldo del Secretario del Interior de CGT nacional, Horacio Otero. 
En paralelo a lo registrado a nivel nacional, en Salta el horizonte proletario asistió en días pasados a ciertos cambios en la escena gremial. En particular, en el sindicato de los docentes de la educación técnica, cuyos afiliados decidieron el reemplazo del cuasi eterno Eloy Alcalá. Un dirigente con mayores apetencias por el lado de integrar listas pejotianas o en cualquiera de sus variantes saencistas, antepuesta a cualquier queja o reclamo proveniente de sus representados.
Mientras que en ADP se decidió una suerte de continuidad en la línea trazada por la ex mandamás, Patricia Argañaraz, o la versión camuflada que encarnó la misma comisión directiva que avaló aquellas tropelías de la ex lideresa de los docentes, durante la “década ganada U”. Si bien ambas entidades sindicales responden a la CTA, el efecto en el hemisferio laboral resulta innegable.
NdR, 9 de mayo de 2022.