Legado Braden y obligados a la vuelta

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Legado Braden y obligados a la vuelta
Legado Braden y obligados a la vuelta

La nueva contraposición Braden o Perón podría traducirse a tiempos actuales como: FMI versus Batalla de Obligado. Aunque ciertamente el acuerdo por sellar con el organismo multilateral de crédito reduce el margen de maniobra y las reminiscencias. Por lo que la pregunta que arriba es: ¿Habrá manera de esquivar el mazazo del ajuste sobre la mitad de la población y cómo se saldrá parado de esto?

#LaSpruilleBraden #ContextoacuerdoconelFondo

Por: Federico Pérez.

A una semana de la conmemoración del combate en Vuelta de Obligado, en 1845, el debate por la soberanía se desplaza hacia otra época en la que 100 años más tarde volvería a replantearse tal cuestión. E incluso, hasta estos días, en los que la influencia de injerencias exógena vuelve a efectuar un planeo sobre la realidad socioeconómica que irá por definiciones.

Las añoranzas algo pajueranas de agenciarse un armador político y económico extranjero parecen haber sobrevivido a la añeja antinomia: Spruille Braden o Juan D. Perón. A través de adláteres criollos de ayer & hoy el ex espía y conspirador californiano, a pesar de su cara de jamón, supo recubrirse de jinetas como empresario, diplomático y portavoz de compañías estadounidenses. Y aunque falleció en enero de 1978 el lado para el cual empujaba –el Norte- mantiene seguidores diseminados en diferentes fracciones partidarias.

En lo conceptual, el minué en cuestión se da en torno a la negociación por la deuda con el Fondo Monetario Internacional y las demandas del organismo domiciliado en Washington hacia nuestro país, a fin de pagarla. Desde el panperonismo, particularmente en su ala centroizq, el exhorto a no resignar soberanía política ni independencia económica está direccionado a preservar la macilenta dieta de un 40 % de prójimos. Muchos de ellos vienen sobreviviendo a la buena de los dioses en escenarios hostiles, regados con tarifazos macrianos, inflación y desempleo.

En este escenario, los bradenistas lanzaron el ultimátum: abdicar de la moneda y adoptar, sin más, las papeletas grabadas con el calvo de George W, ex mandatario norteamericano. En su cosmovisión, resulta inexorable asignarle un destino de coprófagos a millones de connacionales que deberán cargar el peso de hacerlo “por la República” al mentado compromiso externo. Una delegación que dirige el flashback hacia 2018/2019, último fulgor de la gestión a cargo del eventual visitante del Gigaton Challenge que la FIFA organizó en próximos días en Chile.

Mientras, aliados del sector financiero porfían que los azotes instructivos de los tiempos por llegar debieran caer en quienes perciben salarios, en forma de devaluación del peso argentino. Este pronóstico es emitido, en medio del silencio supuestamente peroniano y un escenario político en el que la presunción apunta a una virtual pérdida del capital político logrado hacia fines de 2019.

El economista Eduardo Levy Yeyati, ex asesor macriano, contrapuso el pasado miércoles el caso que un “empresario kirchnerista con intereses en China propone fondo con China y default al FMI, y un dirigente social kirchnerista pide salario universal como condición para apoyar un programa con el Fondo”. Por lo que concluyó que “el gobierno necesita un acuerdo consigo mismo”.

Un brote para pocos

La previsión de un crecimiento este año del 10 % en la economía criolla es un toque primaveral del que no alcanzó a disfrutar, quizás de manera efímera, sino un 15 % de los argentinos. Tal es el cálculo basado en los 3 millones de prójimos que vienen de practicar el vagabundeo por diversos destinos turísticos en el último fin de semana largo: el del 20 de noviembre último, extendido con la excusa del Día de la Soberanía Nacional.

El marco del acuerdo con el FMI presagia que lo obtenido en materia de crecimiento en el PIB en 2021 se recortará hasta un 2,5 % en 2022, cuando haya que adecuar a la baja la dinámica productiva, con vistas a comenzar con los millonarios desembolsos. El organismo con sede en Washington, con la única meta de cobrar, aconseja diseñar un modelo socio-económico atado únicamente a los dividendos del sector externo.

En esta configuración, la distribución de ingresos ni siquiera figura porque se asimila cualquier repunte del mercado interno, empardándolo con incremento de la inflación. A esta razón obedecen las metas “sugeridas”, acerca de un déficit 0. Es decir, la desaparición de cualquier aliciente estatal que propenda a una mejora en las condiciones de subsistencia para la mitad de la población de la Argentina.

Ello equivale a dejar de sostener mediante subsidios las tarifas de servicios, un equivalente a prever tarifazos en energía y agua potable beneficios previsionales a sectores con problemas de empleo inversión en obra pública u otras partidas que apuntalen a la economía. Esto, sin contar la posibilidad que tal panorama se agrave por la irrupción de una nueva ola de pandemia hacia el mes de marzo, con la llegada del otoño.

En este panorama, resulta llamativo que el gobierno actual inicie 2022 con un déficit primario del 3 % del PIB. Más allá del número en sí, por la explicación que se haya logrado con una dinámica de licuación de haberes y jubilaciones en un contexto inflacionario elevado. En tanto que para el año que viene deberá desagregarse el aporte del impuesto a las grandes fortunas personales, el cual este año fue del 0,5 % del PIB.

Si la grave advertencia electoral que la ciudadanía proveyó en las Primarias del 12 de septiembre motivaron las tibias señales de rectificación que –junto con la amenaza de un escenario peor representado por la principal alternativa política- indicaron los retoques de las semanas posteriores, apenas lograron atenuar el cachetazo, la reacción podría ser más enérgica si la situación vuelve a  agravarse en lo socioeconómico.

La imagen refractada

En un paisaje social y económico con la mitad de la población por debajo de la línea de la pobreza, como objetivo buscado o no, el corolario difícilmente daría para articular un discurso a partir de Perón o de la Vuelta de Obligado. Tal vez, la figura invocada en tal contexto remita a Spruille Braden, al Fondo Monetario Internacional o al gobierno con sede en Washington.

El bueno de Spruille tuvo una actuación destacada hacia 1945 en nuestro país, luego de una centuria de la batalla en Vuelta de Obligado. Por aquel entonces, Braden oficiaba como embajador de Estados Unidos en la Argentina y sus intervenciones en la política interna eran descaradas, contra todo escrúpulo requerido para un plenipotenciario.

La naciente corriente comandada por Juan D. Perón aprovechó su actividad y su figura en la campaña publicitaria que se llevaría adelante en 1946. Más allá de su condición de embajador, el empresario oriundo de California figuraba como accionista de United Fruit Co, una compañía que comerciaba con frutas, conspiraciones y golpes de Estado en diversas naciones de América Central.

En particular, la United Fruit se destacaba por las –para esos años- exóticas bananas, de lo cual proviene la denominación “repúblicas bananeras” a los envíos de cajones con plátanos, los derrocamientos de mandatarios legítimamente elegidos y los izamientos de gobiernos títere que coronaban su industria.

En lo particular, Braden fue considerado instigador de la Guerra del Chaco, una de las más inexplicables y sangrientas del siglo XX. En ella, se enfrentaron bolivianos y paraguayos, mientras que Spruille movía los hilos en nombre del amor fraterno: su padre, William, había adquirido en 1921 la petrolera Standard Oil.

Hacia los primeros 40, se desempeñó como embajador en Cuba donde trabó amistad con el dictador Fulgencio Batista. Luego de su paso por territorio rioplatense, recaló en Guatemala, donde maquinó el derrocamiento del liberal Jacobo Arbenz y su reemplazo por un badulaque de apellido Castillo Armas.

La defensa de los intereses de la Patria siempre fue el horizonte de Braden. Tal como en estos años lo es para los directivos estadounidenses que representan el 16 % del capital del FMI. En los días que quedan por delante, sólo resta conocer si la contraparte en la negociación por la multimillonaria deuda externa actúan, a su vez, por la Patria. Aunque ciertamente puede haber muchas otras, además de la Argentina.

NdR, 28 de noviembre de 2021. 


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