Ministerio de la Verdad y pasos en falso

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Ministerio de la Verdad y pasos en falso
Ministerio de la Verdad y pasos en falso

La puesta en escena del Ejecutivo provincial, más allá de lo penoso, parece haber logrado el efecto contrario en los destinatarios de la docencia y paradestinatarios. Entre los últimos, el resto de la población salteña a la que se intentó desarticular del reclamo salarial vigente. Y que en las próximas horas asoma con mayor vigor.

#Galeriadetirosenelpie

F.P.

Los pibes en las aulas, los zurdos en sus casas, el locro pulsudo y la insigjnia morada, es el ideal de salteñidad imaginada por el oficialismo provincial. Sin embargo, dicho anhelo está siendo fuertemente querellado por la realidad existencial, donde miles de  docentes -con credibilidad prevista en suba- no se dejan impresionar por el destello de las pantallas de MSA, ni por los mendrugos que de mala gana pudiesen ofrecerles durante este fin de semana.  

Cabe preguntarse si el Ejecutivo provincial -al igual que buena parte de la prensa mainstream- se dan otro tiro en el pie con el montaje de un puñado de portavoces en el atril, al parecer desprovistos de un mínimo guión a seguir como de atributos de oratoria. Es lo que pudo verse este viernes por la noche, luego de una extremadamente curiosa versión de lo que pudiese caracterizarse como “rueda de prensa” en versión saenziana. Ministerio de la Verdad carente de efectividad.  

Ni aún con la modalidad impuesta [NdR: una portavoz gubernamental a cargo del monitoreo, la supervisión, el filtrado y la formulación de “preguntas” a los propios funcionarios con los que cotidianamente comparte despachos] o con pelota dominada, parecieran la ocasión apta para eludir el mamarracho. Es un rasgo innegable en los últimos casi cuatro años: las dificultades de Ricardo Villada, Roberto Dib Ashur y Matías Cánepa para transmitir convicción acerca de varios mensajes oficiales. 

Sin embargo, es un interrogante aún más profundo que durante todo ese extenso lapso no se haya acertado capacitar a los Ministerios de Gobierno, Economía y Educación, en relación a los rudimentos más básicos de la comunicación (de los cuáles la vergonzosa “intermediación” a los cronistas reporteriles revela un temor, más bien cercano al terror). Algo todavía menos comprensible en territorio gaucho, donde supuestamente pululan los consultores, coaches, “expertos” y adiestradores en enunciación, más que los catastros pletóricos de litio. Todos ellos fuertemente solventados por el erario público. 

La versión grotesca del Ministerio de la Verdad, pues, no podía desembocar en otra cosa que la furia derramada fuera de la pantalla principal, en esta versión low cost de George Orwell. Y así lo dejaron en evidencia los grupos de educadores que actúan por fuera de los complacientes gremios, cuyo saenzismo friendly es tan exasperante como los destartalados intentos de Villada-Dib Ashur-Cánepa.

La dificultad para decodificar la situación, desde la comodidad de los despachos grandbourgianos gatilla conjeturas ya en el orden de la lógica elemental transmitida en los primeros años del colegio secundario. Un menú que reiteradamente se puso sobre la mesa hace más de 25 años, por lo que hoy despide aroma sospechoso y moscas sobrevolando en los alrededores: dirigentes excesivamente hospitalarios a convites, potingues y espejuelos del oficialismo, antes que planteos de sus representados.

Cabe el interrogante si tal receta, ideada por el romerismo y luego con reclamos por su patentamiento durante el urtbeiato y en estos días que hoy corren, habrá o no pasado de su fecha de caducidad. A la par de un recuento necesario y exigible acerca de los proveedores del anterior descubrimiento, los que en general son los mismos de la actualidad, de ayer como de anteayer. 

No es en otro escenario que surjan preguntas, respecto al pertinaz temperamento saenziano de volver -una y otra vez- al recurso de sentar en la mesa de negociación a sindicalistas que fueron blanco de uno y otro rechazo de sus afiliados y afines. Así, se incurrió en la pantomima de anunciar un nuevo “acuerdo” con los acuerdistas de costumbre: AMET, ADP, SADOP, UPCN y UDA. Cuyos  portavoces mantienen en su pantalla mental alguna futura postulación hacia 2025 o 2027, antes que una verdadera actualización de haberes docentes (que ofrezcan un respingo a los niveles de indigencia y supongan alguna meta aspiracional en materia de pobreza).

Quién sabe la autoría intelectual del reciente prodigio comunicacional que fue la difusión de recibos de haberes bordeando los $ 200.000 mensuales. A simple vista, el número parece impactante por los cinco ceros, pero su contrastación (más allá que expresa la remuneración de los escalafones más altos) indica que se ubica por debajo del umbral de pobreza medido por el INDEC, válido para el mes de abril. Mala mía, dijo nunca nadie en Casa de Gobierno. 

En este mismo escenario, la parte restante de la pantalla estará enfocada en la noche del domingo -28 de mayo- en Plaza 9 de Julio. Un reducto citadino a ser ganado nuevamente por delegados extra sindicales del sector Salud y Educación (quienes ya adiestraron funcionarios en lo inconveniente que era la realización de actos patrios), posiblemente con la presencia de vecinos y ciudadanía. 

Y seguramente este último día del feriado extra large los desacatados cuenten con miles de antorchas en ronda por la plaza principal, como en procesión. Pero igual nada logrará borrar de sus conciencias el peso de haber desencadenado la expresión de impotencia, expuesta en el dedo izado por el funcionario contrariado.

NdR, 27 de mayo de 2023. 


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