Las muestras de rechazo al escándalo por las Libercoimas están a la orden del día en la superficie de la campaña electoral. Y a pesar de la virulencia con la que pudieran graficarse y vociferar el rechazo a sus presuntos acometedores, ni de cerca son la única piedra en el zapato violeta. Un repaso por el mundo de las finanzas, tal vez, nos ayudará en la dificultosa tarea de entender este embrollo, como intentamos a continuación.