Las proclamas de las ´nuevas etapas en el país´ resultan más viejas que el cuento del pastorcito mitómano. Su conclusión es contrastada en lo práctico a través de los escuálidos bolsillos de los connacionales, pese a la orden dictada por el FMI. Organismo internacional que, de todas formas, decidió jugar millones al paño oficialista y a sus candidatos, como vemos en los próximos párrafos.