La realidad completa alterna entre la caída abrupta del consumo masivo y la prosperidad a velocidad de refucilo para el sector especulativo. Un panorama ofrecido por el excesivamente declamado “fin del cepo cambiario”, publicitado como si fuese la panacea para millones de prójimos. Sin embargo, asoma como un placebo al mirar las cifras del achique al bolsillo que se mantienen y profundizan hacia las próximas semanas.