Los cercos literal y cambiario se imponen como la señal de un gobierno prematuramente macilento. En este escenario, el mileidismo afrontará una prueba de fuego por la aprobación de la auto autorización de un acuerdo por crédito del FMI. La otra será en la plaza financiera criolla, donde el bamboleo del precio del dólar asoma en medio del apuro por contenerlo.