¿Habrá rebote por Salta?

- SEMANA POLÍTICA

 ¿Habrá rebote por Salta?
¿Habrá rebote por Salta?

Al son de los zarandeos que a nivel nacional se suceden este martes, bien vale preguntarse si habrá coletazos en nuestra provincia. Existen indicios como para conjeturar de manera asertiva. Pero mejor será que revisemos algunos episodios extraños, los que también forman parte de la oscura sección de la política gaucha.

F.P. 

La veintena de detenciones que dejó en la jornada la investigación por el espionaje del macrismo estremeció a todo el país, pese a la cobertura dispar en los medios metropolitanos con alcance federal. Por Salta sólo hubo silencio, a pesar de unos cuantos indicios que en suelo gaucho se dieron hechos similares que detonaron un par de escándalos, no hace mucho tiempo atrás.  

En el ambiente periodístico y político, al día de hoy es común notar algo así como una confesión a medias que dan cuenta de un tercero con posibilidades técnicas como para vulnerar algunas vías de comunicación. Los más precavidos de ambos sectores han desplazado en sus smartphones el uso de Telegram, el cual ofrece mayores garantías en cuanto a fisgoneo que Whatsapp (si bien las llamadas por esta última a aplicación mantienen algo de fiabilidad).

El 3° piso de un edificio ubicado en el macrocentro con vista a un local gastronómico, por estos días sigue impulsando las fantasías en cierto segmento de la dirigencia política que lo asimila como si fuese uno de esos nidos donde manejaba a sus anchas la banda de los Super Mario Bros del macrismo. Aunque es posible que el viento haya girado hacia una dirección diferente, al calor de las pesquisas judiciales mecidas sobre la humanidad de –por ahora- algunos de los inquilinos de este misterioso inmueble. Algunos nombres en las causas “Arcadio” y “Primera Infamia” ofrecerán los indicios correspondientes.

Las sospechas y denuncias por espionaje no son algo ajeno a la práctica política reciente en Salta. La última de ellas remite a mediados de octubre de 2019, cuando el Ministerio de Seguridad provincial se vio involucrado en una causa investigada por el juez Rodolfo Canicoba Corral. El magistrado con competencia federal había iniciado en aquel entonces el caso para dilucidar seguimiento a una veintena de jueces, entre ellos los desplazamientos hacia el exterior del camarista Martín Irurzún que parecían haber despertado el interés de la cartera gaucha.

“Se trataría de maniobras ilegales de espionaje de diverso tipo, algunas con vasos comunicantes con la Casa Rosada -los Macri probadamente recurrieron a este tipo de métodos- podría haber compra de información para extorsionar, al estilo de Marcelo D’Alessio y se olfatean jugadas de narcos, tal vez empresarios mineros y medios de comunicación”, conjeturó al respecto el periodista especializado Raúl Kollman, en sus notas para el diario Página/12.

En estos días, de manera similar, está a poco de cumplirse un año de un suceso con potencial de escándalo, el que sin embargo fuera apaciguado por los buenos oficios del Ejecutivo provincial. “Hay mucha gente mala, mucha gente sucia”, resumió, con cierto remilgo, el hasta entonces Jefe de Gabinete salteño, Fernando Yarade, luego de renunciar a la gestión Urtubey.

La determinación del coordinador de Ministerios fue informada el 26 de junio en medio de un acto, por la cual hay quienes deslizan la posibilidad que el propio ex mandatario hubiese sugerido –al por entonces Secretario de Prensa, Fernando Galván- que el parte oficial no incluyese los términos de la dimisión expresada por Yarade. La noche anterior, aseguró el hasta ese día Jefe de Gabinete, un drone merodeaba su casa particular, mientras jugaban sus hijos.

“Este es mi último día de trabajo”, fue la frase que resumió el enojo de FY, luego de aludir en términos similares a los que el actual Presidente de la Nación utilizaría en 2020 al equiparar como “sótanos de la democracia” a estas prácticas oscuras. Aquel mismo día del acto con escándalo, fuentes del Ministerio de Economía denunciaron a quien esto escribe “persecución y espionaje: los micrófonos que sacaron de la oficina del ministro (Emiliano) Estrada”.

Emparentado con Yarade, el actual funcionario del Ministerio del Interior de la Nación parece haberse dado con la sorpresa de haber habitado un despacho sembrado de artefactos con la misión de fisgonear y registrar reuniones y/o diálogos que pudiesen utilizarse para condicionarlo políticamente. “En medio de esas denuncias de persecución y espionaje, de la oficina del ministro de Economía Emiliano Estrada sacaron micrófonos que estaban debajo de mesas y sillones”, detalló aquella misma fuente. Y se preguntó: ¿”Qué pasa en el gobierno de Salta”? Un interrogante que hoy sigue sin respuesta.

NdR, 30 de junio de 2020.


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