El cotilleo desencadenado tras la cumbre Milei-Yuyito González no cesa, lo cual tiene su explicación. En gran medida, por la simple razón que la estética en retrospectiva hacia los 80 es la que solaza al mandatario nacional y a la vez entretiene a la platea. Dos sectores contentos, aunque no por mucho tiempo si recordamos el epílogo de aquella Argentina del destape y soñadora.